"En ningún momento he tratado de ocultar que mi patrimonio o el de mis sociedades era mío", declaró ayer Juan Antonio Roca, considerado el urdidor de la trama de corrupción en el Ayuntamiento de Marbella (Málaga) en el juicio del caso Malaya. Roca aseguró que "disfrutaba perfectamente" de lo que le pertenecía "a ojos de todos". El ex asesor urbanístico de Marbella alegó que si hubiese querido ocultar que era el verdadero propietario de dichas sociedades "no hubiese intentado en 2005 poner las escrituras de las empresas a nombre de mis dos hijos".

Según explicó, a requerimiento del fiscal Anticorrupción Juan Carlos López Caballero, cuando el responsable del gabinete jurídico Sánchez Zubizarreta Soriano Pastor, que administraba sus sociedades, le comunicó que quería retirarse, ya que tenía "problemas de salud", Roca iba "a coger parte de lo que se administraba en el despacho". Así, desde el gabinete se crean cuatro nuevas sociedades cuya titularidad recae en los hijos de Roca. Para pagar el desembolso de las acciones al gabinete jurídico, Roca pretendía hacerlo con los fondos que transmitía anualmente -entre 3.000 y 4.000 euros- a cuentas de sus hijos desde que eran pequeños. Sin embargo, según matizó el principal imputado de la causa, "a día de hoy todavía no se han liquidado los gastos con el despacho por el caso Malaya".

Preguntado por López Caballero si no pensaba que sometía a algún tipo de riesgo a sus hijos, Roca aseveró que "no existe operación que haga perjuicio ni fiscal ni de otro tipo" a sus hijos, quienes "como se está viendo están fuera de toda sospecha". También puntualizó que en la reestructuración prevista de las sociedades su posición sería la de "administrador".

Durante más de tres horas el ex asesor de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella contestó a preguntas sobre una veintena de las 71 sociedades que se le atribuyen en esta causa. Roca explicó que esta estructura societaria la creó "Juan Antonio Roca con sus fondos", procedentes, por una parte, "de la liquidación de la sociedad Marbella Inversiones", que, según reconoció, tenía "400 millones de pesetas" de patrimonio, "y parte de dinero que tenía".

"¿Cuáles eran los activos de Marbella inversiones? ¿Cuál ha sido la fuente de ingresos?". Fueron las dos preguntas del fiscal que llegaron a alterar a Roca, tras las que el presidente de la Sala tuvo que llamarle la atención y decirle que "tiene que responder a las preguntas". Roca se mostró molesto asegurando que se le pide que justifique "dinero de 1987", año en el que "en España se trabajaba en dinero B".

Preguntado por el sentido que tiene pasar propiedades de una sociedad a otra, Roca reiteró que cuando una compraventa no se hace en un periodo determinado de tiempo "se traspasa a una sociedad patrimonial, cuyo objeto social es la tenencia de bienes, ya que no tiene sentido mantener dicha propiedad en una sociedad cuyo objeto es comprar y vender".

Asimismo, volvió a defender como "estrategia empresarial" recurrir a préstamos entre las sociedades del grupo en vez de solicitar financiación ajena, aunque indicó que también existían fondos propios. Roca reconoció que tenía en cartera algunas empresas "por si hubiera que hacer alguna operación", ya que para la compraventa usa "sociedades por si después se tienen que liquidar".

El gabinete jurídico era quien se encargaba de elegir al administrador de las sociedades. Roca tenía "confianza plena" en las decisiones de este despacho tras alcanzar un "acuerdo verbal". "No he tenido nunca la más mínima duda de su honestidad", matizó.