La serenidad como arma política desestabiliza al contrincante. La presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, lo sabe. Dice haber tenido buenos maestros en esta táctica e intenta aplicarla para poder ejercer un arbitraje nada fácil, ya que a la tensión propia del debate parlamentario se suman en estos tiempos elementos nuevos: la crisis económica, que también traspasa los gruesos muros del Hospital de las Cinco Llagas, y una oposición popular más peleona que en la última etapa, rayana casi en la crispación.

-Hace un año se puso al frente del cargo y dijo que tendría un "papel más activo". ¿Lo ha cumplido?

--Lo he intentado. En este año, además de hacer un trabajo fuerte y duro con el fin de transmitir confianza a la ciudadanía en un momento crítico, también se ha trabajado para sacar al Parlamento fuera con plenos en otras ciudades, con exposiciones y conferencias. Y también hay ya iniciativas promovidas desde la Presidencia que ya tienen curso legal, como la congelación de los sueldos de los diputados y altos cargos, o el voto de los diputados por maternidad, paternidad o enfermedad prolongada, que es el cumplimiento de uno de mis compromisos en el discurso de investidura.

-Sí, pero la solución pareció precipitarse tras la pérdida de una votación del PSOE.

-Ofrecí un salida a una situación que había corregir desde hacía tiempo y no fue por la pérdida de una votación. Ya estábamos trabajando por buscar la mejor solución mucho antes. ¿De verdad era necesario buscar una justificación como ésa para que los padres y madres diputados puedan estar con sus hijos? Es algo movido desde un sentido de la justicia y es un paso más hacia la igualdad. Prueba de ello, es que este proyecto de ley arranca su tramitación por unanimidad, lo que es empezar ya con buen pie.

-La bronca parece haberse instalado en el salón de plenos.

-Se dan muchos momentos difíciles. Como presidenta no puedo evitar que haya debates agrios y quiero pensar que esos momentos se producen por un ambiente fogoso y que no es una estrategia para debilitar al Parlamento, es decir, que son dificultades puntuales de orden y no para hacer daño a la institución.

-¿Y cree que se mantendrá este clima de confrontación los tres años que quedan?

-La situación es complicada. La oposición trata de instrumentalizar el sentir de la ciudadanía en estos tiempos de crisis y el Gobierno trata de explicar cómo actúa para minimizarla. Lo que no sé es si esa estrategia de desgaste puede dar buenos resultados.

-El desgaste parece que no es sólo contra el Ejecutivo autonómico. Ya ha tenido algún incidente con la portavoz popular, Esperanza Oña. ¿Se siente también en el punto de mira?

-Los presidentes siempre pasan dificultades, pero hay que respetar las normas que nos hemos dado. Cuando se modera un pleno, sólo se trata de aplicar el Reglamento, no se trata de imponer un criterio personal. El presidente lo que hace es controlar el debate y aplicar las normas. Oña es la portavoz y tiene todos mis respetos.

-¿Se ve lidiando en una situación como la que protagonizó esta semana la popular Celia Villalobos en el Congreso?

-No debió ser fácil para quien presidía el pleno en ese momento zanjar esa cuestión.

-¿Qué opina de la solución dada por José Bono de retirar del diario de sesiones los insultos de Villalobos?

- Soy partidaria de mantener en los diarios de sesiones todo lo que se dice, los diarios deben reflejar lo que es el Parlamento, salvo que un parlamentario solicite un cambio porque pide disculpas y pide expresamente que se retiren por sus palabras por ser poco afortunadas. Pero creo que todos debemos ser consecuentes con nuestros actos.

-¿Se atrevería a decir quién es el mejor y el peor diputado?

-Un año da para conocer a sus señorías. Los hay muy meticulosos y los hay que no preparan las cosas con tanto cariño, otros son más serios y otros más revoltosos. También los hay con ganas de mejorar, como los once que asistieron al curso de oratoria que celebramos. Pero a eso no voy a responder.

-PP e IU se quejan de que el Reglamento le sirve al PSOE de "rodillo fino" que les impide ejercer como oposición y quieren reformarlo.

-El Reglamento fue reformado en noviembre de 2007, fue aprobado por unanimidad y recibió todo tipo de halagos. Lo que no se puede es estar permanentemente construyendo nuestra casa. El Reglamento que tenemos es bueno y tiene un gran dinamismo porque permite a la oposición tratar los temas de máxima actualidad.

-También piden más plenos y menos vacaciones parlamentarias, porque son largas y no es comprendido por la ciudadanía.

-Enero es un mes inhábil y este año se celebraron dos plenos extraordinarios, lo que demuestra que esta Cámara, gracias a su reglamento, se adapta a la situación social, que en este caso requería de debates sobre las medidas contra la crisis. Y si hace falta convocar otros, se hará.

-Y si el PP pide uno para agosto sobre Blas Infante como este año, ¿se convocará?

-No lo sé, me muevo siempre en las certezas y no en elucubraciones.

-Muchos diputados abusan de la iniciativa fotocopia para justificar su actividad, y con eso se malgasta mucho papel. ¿Para cuándo un sistema de registro informático?

-Se está preparando, porque es necesario. Mas aún cuando uno compara este año con el primero de la legislatura pasada y ve que se han duplicado el volumen de iniciativas (14.258). No obstante, muchas de ellas son replicadas por los 771 municipios andaluces por algunos diputados y eso incrementa de manera exponencial el trabajo, de ahí que haya que buscar fórmulas más modernas. De todas formas, soy partidaria de iniciativas que de verdad tengan interés y que vayan más allá de la intención de atascar los servicios administrativos.

-En Andalucía hace mucho calor. ¿Ecológicamente apostaría por suprimir la corbata como propuso el ministro de Industria?

-En absoluto. El vestir es una elección libre y no voy a dar recomendaciones más allá de lo que dice el Reglamento, que hace referencia al decoro. De todas formas en el Parlamento la temperatura es constante todo el año, 24 grados en invierno y en verano.

-Abrirá las puertas del Parlamento al barrio de la Macarena.

-Ya nos hemos reunido con doce asociaciones de vecinos del barrio y se han comprometido a hacernos llegar sus propuestas para celebrar actividades en sus dependencias. Lo que ya sí hemos acordado es celebrar el inicio y el fin del curso parlamentario con conciertos.

-¿No será porque la música amansa a las fieras?

-La música es buena para todos. Lo cierto es que las asociaciones se han mostrado muy sorprendidas de esta iniciativa, pero es importantes hacerles ver que el Parlamento es un vecino más.