La Policía ha descartado la última versión del crimen de Marta del Castillo ofrecida por su asesino confeso, Miguel Carcaño, según la cual, se deshicieron del cuerpo empleando un Opel Astra de color granate o rojo guinda perteneciente a un familiar de Samuel Benítez, amigo del principal implicado.

Los agentes del Grupo de Menores tomaron declaración en la tarde de ayer, en calidad de testigo, a Miguel S. M. -un primo segundo del padre de Samuel-, después de esa misma mañana Miguel Carcaño le identificara como la persona a la que pertenecía ese vehículo en el transcurso de un reconocimiento fotográfico realizado en el despacho del titular del juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina.

Tras prestar declaración ante los agentes que han investigado la desaparición de la joven, la Policía da prácticamente por descartada la última versión de los hechos ofrecida por el principal implicado, según explicaron fuentes del caso.

El testimonio del testigo se produjo después de que el propio Samuel Benítez reiterara que él no tuvo participación alguna en la desaparición de Marta y negara que haya utilizado el coche de esta persona para el traslado del cadáver. Samuel sí reconoció ante el juez que Miguel Carcaño coincidió con este familiar en un par de ocasiones: una de ellas hace más de año y medio en un pub de la calle Juan Antonio Cavestany -al que pertenecía el cenicero empleado presuntamente en el crimen- y otra en la Velá de Santa Ana de Triana, pero sostuvo que esta persona no tiene relación con su familia.

En ese primer encuentro, ese familiar, al que Samuel llama "tío" como a otras muchas personas, le pagó un taxi a él y a Miguel. Samuel aseguró al juez que no mantiene contacto con este familiar suyo, que no lo vio la noche del 24 de enero, cuando se produjo el crimen, ni durante la madrugada siguiente, y que tampoco le prestó el vehículo. Incluso llegó a decir que cree que esta persona no tiene coche ni carné de conducir y añadió que reside en el polígono de San Pablo, no en la barriada de Las Vegas, como sostuvo Miguel cuando volvió a cambiar de declaración.

Durante el mes de enero pasado, según la declaración de Samuel Benítez, sólo condujo en una ocasión el coche de los padres del menor de 15 años que está internado en un centro, pero explicó que se lo habían dejado por "motivos de trabajo" y lo hizo siempre en compañía de este menor. Este vehículo, un Volkswagen Polo de color blanco, fue uno de los turismos que la Policía consideró durante mucho tiempo que se empleó para trasladar el cadáver de Marta desde el piso de la calle León XIII.

Samuel, que se definió ante el juez como un "fanático" de los coches, que lee muchas revistas especializadas, dijo que no ha alquilado ningún vehículo porque no tiene ni dinero ni la edad obligatoria -24 años- para poder arrendarlos. El joven añadió que en una conversación telefónica anterior al crimen de le comentó a Miguel que tenía intención de acudir a Camas para conocer a Rocío, la entonces novia del presunto asesino, y que podría pedir el coche a una tía suya.

De cualquier forma, el amigo del asesino confeso insistió en que no participó en las labores de ocultación del cuerpo, ya que, según dijo, aquella madrugada estuvo en Montequinto con su novia, que le acompañó hasta la parada del autobús, y en torno a las cuatro de la madrugada se incorporó al dispositivo de búsqueda de Marta junto a amigos y familiares.