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Parlamento de Andalucía

Ellas toman vuelo en las Cinco Llagas

  • En los primeros compases de la XI Legislatura, los focos son, sobre todo, para diputadas, algunas novatas y otras con experiencia, pero que destacan sobre sus compañeros

Fachada  principal del antiguo Hospital de las Cinco Llagas.

Fachada principal del antiguo Hospital de las Cinco Llagas. / Víctor Rodríguez

Nadie es capaz de responder si es causal o casual, pero en los primeros compases de la legislatura son ellas quienes despuntan en las tribunas y los escaños del antiguo Hospital de las Cinco Llagas. ¿Es por las críticas de los novatos de Vox al “feminismo maquinador”? ¿Por la cercanía del 8 de marzo y su movilización a estos primeros plenos?

“Ojalá no fuera noticia que las mujeres destacamos”, se queja la socialista Ángeles Férriz, una de esas caras visibles del Parlamento del cambio. ¿Cuál es el cambio? “Las mujeres hemos notado un ataque frontal como no habíamos visto antes”, insiste la diputada jiennense, que tiene experiencia en los fríos pasillos de la Cámara andaluza. Se estrenó en la pasada legislatura y ya tomó vuelo, pero su nombramiento como portavoz del PSOE andaluz ha terminado de ponerla bajo los focos.

Por eso se reparte las tareas entre la sede regional socialista en el caserón de la calle San Vicente y los patios renacentistas que albergan al legislativo autonómico. Y los fines de semana no para quieta en Jaén. “Cuando no tengo actos, me extraña tanto que llamo para preguntar si ha pasado algo”, cuenta Férriz, que deja a Soledad Pérez los debates parlamentarios sobre el feminismo e igualdad –“ahí no hay quién le gane”– pero no se escapó de uno de los cruces más duros de estos primeros pasos del mandato.

Ángeles Férriz, en la sede regional del PSOE. Ángeles Férriz, en la sede regional del PSOE.

Ángeles Férriz, en la sede regional del PSOE. / M. G.

Fue sobre la doble proposición no de ley que presentaron PP y Ciudadanos para obligar a los grupos de la Cámara a posicionarse sobre el conflicto catalán y la necesidad de unas elecciones generales que, finalmente, fueron convocadas para el 28 abril.

Ahí se tuvo que enfrentar a otro debutante señalado por su buen hacer, Fran Carrillo de Ciudadanos. El único de los fichajes independientes de los naranjas que no ha entrado en el Gobierno es un experto en comunicación política que ya es incluso senador por designación autonómica, aunque tendrá que esperar para ejercer en la Cámara Alta, disuelta hasta mediados de mayo. En aquel debate brilló especialmente un diputado que sabe mucho sobre el procès. José Antonio Nieto fue secretario de Estado de Seguridad durante el 1-O y los preparativos previos y los días posteriores.

El ex alcalde de Córdoba conoce bien los pasillos de las Cinco Llagas. Se estrenó en 2008, la última legislatura con Manuel Chaves al frente de la Junta. En la oposición vivió la doble sucesión en San Telmo, de Chaves a José Antonio Griñán y, después a Susana Díaz. Se fue a Madrid, al Congreso de los Diputados, antes de entrar en el Gobierno de Mariano Rajoy de la mano de Juan Ignacio Zoido.

José Antonio Nieto interviene en el Pleno. Delante, Juan Marin y Juanma Moreno. José Antonio Nieto interviene en el Pleno. Delante, Juan Marin y Juanma Moreno.

José Antonio Nieto interviene en el Pleno. Delante, Juan Marin y Juanma Moreno. / Julio Muñoz / Efe

En las autonómicas del 2 de diciembre Nieto cogió el AVE con incertidumbre. Hay quien vio en su vuelta un plan B por si Juanma Moreno no lograba el cambio. Nada más lejos de la realidad. Y ahora es el portavoz del PP en el Parlamento y se bate el cobre con Sergio Romero, de Ciudadanos, por ejercer una suerte de oposición a la oposición del PSOE. “Ya sé quién es el bueno y quién el malo. Sólo me falta por saber quién es el feo”, espetó Susana Díaz después de escuchar a Nieto –el bueno– y Romero –el malo– en la primera sesión de control al nuevo Gobierno.

El propio presidente de la Junta ha confesado que, antes de su primer intercambio con la nueva jefa de la oposición, todavía buscaba a Díaz en los asientos verdes reservados para el Ejecutivo en el salón de plenos. La encontró justo en la fila de atrás, por indicación de su vicepresidente Juan Marín. Cuatro escaños a la izquierda de la ex presidenta se sienta Férriz, que tampoco se ha acostumbrado del todo a la oposición, aunque tiene experiencia en el Ayuntamiento de La Carolina, que después dirigió. “En la oposición se pueden hacer dos cosas: sentarte a esperar 36 años o trabajar. Nosotros vamos a luchar con uñas y dientes”, apunta la diputada jiennense.

Los socialistas tendrán que compartir oposición con Vox, que ha heredado de Ciudadanos una versión cáustica del papel de “socio preferente” del Ejecutivo ;pero sobre todo de Adelante Andalucía. Con Teresa Rodríguez de baja por su reciente maternidad, Antonio Maíllo ha cambiado de pareja y ahora intercala sus intervenciones cargadas de latinismos con la voz potente de una veterana que ha vuelto al Parlamento más de 20 años después de su primera incursión.

Angela Aguilera en un Pleno. Angela Aguilera en un Pleno.

Angela Aguilera en un Pleno. / M. G.

Ángela Aguilera desembarcó con 26 años en un Hospital de las Cinco Llagas recién restaurado para albergar la Cámara. “Miguel Ángel Vázquez era becario”, dice del ex consejero de Cultura y senador socialista por designación autonómica, con quien se cruzaba por los pasillos esta diputada, que entonces era la más joven.

Ahora ensalza la juventud de su grupo parlamentario, donde vuelve a coincidir con militantes comunistas. Aguilera forma ahora parte de la cuota morada de Adelante Andalucía, pero en los años de la pinza (1994-1996) formó parte del histórico grupo parlamentario de IU que, con 20 diputados puso contra las cuerdas –gracias al PP de Javier Arenas– al PSOE. De aquella época echa en falta unos turnos de palabra más amplios en los debates y lamenta que, dos décadas después, las proposiciones no de ley no sean de obligado cumplimiento.

“Antes había más posibilidad de parlamentar”, se queja Aguilera, que compartió debates con grandes oradores en una Cámara en la que, todavía, se oyen buenos discursos. Uno de ellos caló especialmente entre muchos de los presentes, más allá de las diferencias ideológicas. “Esta parlamentaria va a defender, va a seguir defendiendo y defenderá, lógicamente, el feminismo liberal subida a estos tacones”, espetó Teresa Pardo, diputada malagueña de Ciudadanos que destacó en la tribuna de las Cinco Llagas en una propuesta socialista sobre el 8 de marzo.

Teresa Pardo en la tribuna del Parlamento Teresa Pardo en la tribuna del Parlamento

Teresa Pardo en la tribuna del Parlamento / M. G.

Hija de padres catalanes, ha hecho el camino inverso de la andaluza Inés Arrimadas después de dar el salto a la política tras escuchar a Juan Carlos Girauta en la radio y acercarse a la formación naranja por su discurso “claro y directo”. Pardo aterrizó a finales de 2018 desde la Diputación de Málaga, donde llegó tras obtener acta de concejal en el Ayuntamiento de Cártama.

Reconoce las diferencias entre las tres administraciones “En la Diputación no se hacen leyes”, reconoce esta abogada, que antes de lanzarse a la política trabajó en el turno de oficio, otra forma de cumplir con la vocación de servicio, que Pardo compara con la “dopamina”, una sustancia que genera el cerebro que, entre otras cosas genera la curiosidad y la motivación. La que necesitan los diputados para destacar entre los sillones de cuero de cualquier parlamento.

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