Andalucía

El PSOE dice que no es partidario de imponer los adjuntos a Maeztu

  • El próximo Defensor del Pueblo se marca como retos la lucha contra la crisis y el "esfuerzo tan grande" que ha hecho Chamizo

El PSOE se hizo ayer eco del deseo expresado por el próximo Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, que no ha ocultado sus pretensiones de rodearse de colaboradores de confianza en los puestos de adjuntos -claves la gestión de la institución-, lejos de las personas que apadrinen los grupos políticos. El vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, dijo ayer que hay que dejar a Maeztu, una vez que sea elegido Defensor del Pueblo Andaluz por el Parlamento -con casi toda probabilidad el próximo 12 de junio-, que formule su visión de la institución. "No se le pueden imponer" los adjuntos, afirmó el número dos de los socialistas andaluces, que se mostró partidario del diálogo con Maeztu para buscar el mejor equipo que haga posible el mejor funcionamiento de la institución en un momento tan difícil como este.

El aterrizaje del nuevo Defensor del Pueblo trae consigo la disminución del número de adjuntos, que pasarán de los cuatro actuales a tres, uno por cada grupo con representación parlamentaria. No habrá adjunto andalucista.

Jiménez elogió la salida, dominada por el consenso, que se ha dado a la institución, instalada "de manera indebida quince meses en una situación de interinidad y que había que renovar inmediatamente". Para el dirigente del PSOE, el acuerdo entre los grupos ha fortalecido la institución, que sale "reforzada y con un impulso político e institucional muy importante", otorgado por la unanimidad del Parlamento. Jiménez recalcó que el actual Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, que ha estado 17 años en el cargo, no reunía el consenso de los tres quintos del Parlamento para ser renovado.

Precisamente a Chamizo hizo ayer referencia en la Cámara su sucesor. Maeztu, que compareció en la comisión de Gobierno Interior y Peticiones, consideró la institución que se dispone a dirigir como una "herramienta" del Parlamento y proclamó que sus dos principales retos serán las demandas de los ciudadanos y la crisis económica, así como "el esfuerzo tan grande" que ha hecho su predecesor.

Maeztu defendió una naturaleza de la institución "no coactiva", pero se apresuró a aclarar que "eso no significa que sea débil". Para el próximo Defensor del Pueblo Andaluz, éste "no es neutro, es independiente, y tiene que hacer una opción por los débiles". Desde esa visión, Maeztu adelantó que "voy a mantener esa línea [la de Chamizo], voy a asegurarla, voy a charlar profundamente con el defensor anterior, voy a escuchar a la Oficina, y desde ahí establecer mi estilo, las prioridades, y a partir de ahí veré cuál va a ser mi trabajo y expondré las líneas fundamentales".

Maeztu mostró su convencimiento en que el Parlamento "va a respetar totalmente la independencia" y adelantó su intención de desarrollar una gestión basada en un "trabajo con responsabilidad, dialogante, con propuestas y sin agresividad". Y no se olvidó de una última advertencia: "Lo importante es que la política haga su papel, no se subordine a la economía y haga una mejor distribución de la riqueza".

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