Más allá del Gobierno "estable, fuerte, transparente y unido" y que tendrá como prioridad la generación de empleo y el mantenimiento del Estado de bienestar, que define el PSOE, poco más se sabe del Ejecutivo mixto que acompará a José Antonio Griñán en esta novena legislatura. Será investido como nuevo presidente de la Junta de Andalucía el jueves, y será a partir de ese momento cuando se pueda saber su estructura -entre nueve y once consejerías- y los nombres que aparecerán en el organigrama. Él tiene la última palabra, y PSOE e IU se aferran a esa máxima para evitar dar ningún dato al respecto, mantiendo el hermetismo que ha caracterizado toda la negociación del pacto político que les une para los próximos cuatro años.

La secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, fue la primera que ayer se parapetó en esta frase y sólo acertó a señalar que las dos fuerzas comparten la necesaria reducción a nivel central y periférico de la Junta. Díaz, pieza clave en las conversaciones con IU, tan sólo acertó a decir que la comisión negociadora lo que cerró fue un acuerdo político que siempre estuvo "por encima del reparto de sillones", y que eso se comprobará en los cien primeros días de gobierno. En ese periodo, se activará un plan de choque en materia de empleo -un plan forestal, una reedición del Plan OLA y otro programa de rehabilitación de viviviendas- y otro de inserción social -a caballo entre la renta básica y la inserción labodal-, que junto a la defensa a ultranza de la educación y la sanidad públicas y las políticas sociales, serán el eje de su gestión, algo que contrapuso a las "mentiras", la "improvisación" y los "recortes" de los que, a su juicio, está haciendo gala el Gobierno de Mariano Rajoy.