Córdoba ha sido durante dos días uno de los centros de información política más importantes de España. La razón no es otra que la celebración de la 20 Interparlamentaria del PP, una cita que ha reunido en la ciudad a más de 400 cargos institucionales del Partido Popular, la formación, que nadie lo olvide, que cuenta en el Congreso de los Diputados en la actualidad con la mayoría absoluta más aplastante de la historia de la democracia.

Que el PP es a día de hoy el partido más importante de España es algo obvio, lo cual no quiere decir que todas sus decisiones sean acertadas o que esté dilapidando -según algunos- un capital de votos histórico. En cualquier caso, hay que reconocer que el hecho de que esta Interparlamentaria se haya desarrollado en Córdoba es un hecho destacado que tiene varias lecturas y que queramos o no están asociadas irremediablemente al nombre de José Antonio Nieto, alcalde de la ciudad y presidente provincial de los populares.

Estaba claro que Nieto iba a tener un papel protagonista en esta cumbre. En primer lugar, porque desde hace meses su nombre suena como uno de los posibles número uno del PP-A a la presidencia de la Junta de Andalucía, un puesto que el actual presidente regional, Juan Ignacio Zoido, ya ha dicho que no quiere, con lo que ha dejado a su partido en una situación de impasse hasta que la dirección nacional se pronuncie al respecto. Los partidarios de Nieto, que no eran muchos pero cada día son más, coincidían en que esta Interparlamentaria sería la prueba del 9 para el alcalde, para sus aspiraciones políticas y para despejar las dudas que pudiera haber entre los dirigentes nacionales que deberán tomar la decisión, que no son otros que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el presidente del partido, Mariano Rajoy. Y nadie más.

Aventurar que Nieto será el candidato o que tiene más opciones que otros compañeros de su partido para encabezar la lista de su partido a las próximas autonómicas sería muy osado. Es más, si me lo permiten, casi es lo de menos que sea el elegido por el dedo de Rajoy. Da igual.

Visto que el presidente del Gobierno tiene sus propios plazos, que es muy suyo para estas cosas y que el anuncio lo hará en función de no se sabe muy bien qué, la lectura que un servidor saca de esta Interparlametaria es que Nieto ha llegado al sitio donde no sé si quería, pero al que no todos tienen la capacidad de acceder. Habría muchas formas de explicarlo, bien sea con un lenguaje más coloquial o un tono mucho más formal. Este encuentro político le ha colocado en la primera línea en su partido, en puestos de salida, en disposición de jugar en las grandes ligas, si permiten el símil deportivo.

Ganarse ese privilegio no es cuestión de sólo dos días, sino que hay otros factores como el trabajo interno, la autopromoción y la gestión -o la imagen que se ofrezca de ella-, todo ello sin olvidar el respaldo del votante, sin el que es muy difícil casi siempre escalar a determinados puestos de privilegio en cualquier partido. Si se echa la vista atrás, lo conseguido por Nieto en su papel de presidente provincial del PP en los últimos años es un aval más que suficiente para llegar a donde está. Ese trabajo tuvo su culminación en las elecciones municipales de 2011, cuando los populares cordobeses lograron un hito histórico en la provincia de Córdoba. Así, lograron la mayoría absoluta tanto en el Ayuntamiento de la capital como en la Diputación, algo que nunca antes había logrado ninguna fuerza política en la reciente historia democrática. Además, los populares se hicieron con alcaldías en la provincia que parecían prácticamente inalcanzables hace un lustro, como es el caso de Montilla, Priego de Córdoba, Cabra o Peñarroya-Pueblonuevo.

Sin ese éxito, difícilmente se hablaría de José Antonio Nieto tal y como se hace hoy en su propio partido y en otros foros, donde es considerado como una valor joven en alza y con futuro. También es cierto que en ciertos momentos se ha visto al alcalde un tanto desbordado por la cuestión de la candidatura a la Junta de Andalucía e incluso quejoso de la presión a la que se ha visto sometido por esta indefinición de su propio partido.

Sea como fuere, el salto de Nieto y el refuerzo que ha supuesto esta Interparlamentaria es evidente. Han sido sólo dos días, pero al regidor se le ha visto cómodo en la mayoría de las situaciones y estando a la altura en su papel de anfitrión. La sensación es que Nieto ha cogido el sitio en el PP y que, en cierta medida, se ha ganado ese espacio.

Pero cuidado. En política no hay caminos de rosas y por muy bien que le hayan ido las cosas en estos dos años a nivel de partido, no es menos cierto que en su gestión al frente de la Alcaldía tiene más sombras que luces en estos esta primera fase, con un equipo -elegido por él, que nadie lo olvide- que no acaba de encontrar el sitio y que tiene que demostrar aún muchas cosas y tapar otras tantas carencias. José Antonio Nieto ha llegado, sí, pero ahora tiene que demostrar que sabe mantenerse.