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Andalucía

Manos tendidas y manazas

  • Juanma Moreno argumentó bien por qué se acaban 8.000 contratos en el SAS, pero sus segundos ya le habían dado el portazo a Juan Espadas el día antes 

Juanma Moreno y la socialista Ángeles Férriz se dan la mano en el Parlamento.

Juanma Moreno y la socialista Ángeles Férriz se dan la mano en el Parlamento. / Juan Carlos Muñoz

El discurso de Juanma Moreno en el debate del estado de la comunidad llegó un día tarde. O los otros, a quienes la socialista Ángeles Férriz se refirió como el Feo y el Malo, se anticiparon e hicieron que, en realidad, de lo que se debatió este miércoles fue del Presupuesto de 2022 y de la falta de apoyos del Gobierno andaluz para aprobarlo. Ahora, Juanma Moreno deberá volver a tratar de convencer a Vox, una vez que el diálogo con los socialistas se ha roto por la voluntad de ambas partes.

En lo que PP y PSOE han coincidido durante este mes, al punto de encuentro al que han llegado por distintos caminos convergentes, es que a ninguno les convenía el acuerdo presupuestario. Y es que si no es así, no se entendería lo que ha ocurrido durante estas semanas. Los frentes no se han roto, sino que en uno de ellos, el de la derecha, Vox busca otro acomodo. Ansía unas elecciones que, quizás, no le salgan tan bien, la historia andaluza de los juegos de calendario indica que siempre ha sido perjudicial para el promotor. 

Juanma Moreno pronunció el discurso más trabajado de los que ha dado hasta ahora, alguien en San Telmo le ha mejorado los textos, hila los temas con soltura, realiza anuncios y se anticipa a las dudas. El inicio, cómo no, venía a responder a una pregunta: ¿Por qué se acaban ahora 8.000 de los 20.000 contratos de personal sanitario que el SAS ha contratado a causa de los picos de la pandemia de Covid? Ésta ha sido la causa principal por la que el PSOE ha roto con el PP, aunque no es menos cierto que ni Juanma Moreno ni su consejero de Hacienda, Juan Bravo, han explicado a Juan Espadas lo que este miércoles argumentó el presidente en el Parlamento. Lo dejaron esperando.

Juan Marín y Elías Bendodo, pero sobre todo Juan Marín, fueron los que se anticiparon. Que se quede esperando. Esa ha sido la respuesta pública que el Gobierno andaluz ha dado al líder socialista, que espere sentado. Si ellos no hubiesen hablado antes, si hubiesen sido cautos, la oferta de mano tendida que hizo Juanma Moreno este miércoles aún sería creíble. Ahora ya es difícil. Es cierto que hasta el 24 de noviembre hay tiempo para negociar las cuentas, porque ése es el día en que se votarán las enmiendas de devolución, pero el camino que se abrió en Andalucía -una colaboración inédita entre los dos grandes partidos- ha quedado cegado.

El proyecto de Presupuesto de 2022 es un buen proyecto, porque aún hay fondos extraordinarios, lo que permitirá dotar a la sanidad andaluza con 1.100 millones de euros más que en las cuentas de 2021. Como explicó el presidente, 600 millones de ese total se destinan a los nuevos contratos, de modo que de los 20.000 sanitarios que se emplearon como extraordinarios para la pandemia, 12.000 se quedarán en el SAS para ser consolidados. Son todos los médicos, tres de cada dos enfermeras y todo el personal de Atención Primaria. El SAS contará ahora con 18.500 trabajadores más que el último Gobierno de Susana Díaz. La sanidad se lleva el 7,4% del PIB, no está nada mal. 

El argumento del presidente es sólido. En Andalucía hubo un momento con 5.000 pacientes ingresados por Covid, 750 de ellos en las UCI, y las pruebas de la infección sólo se realizaban en los centros públicos. Pasada la pandemia, la administración no necesita, o no puede pagar, a todos esos profesionales, por mucho que se les aplauda. Muchos antes de que Juan Espadas comenzase a hablar con Juanma Moreno ya se conocía que los contratos iban a vencer el próximo domingo.

Sobre estos números podían haber discutido ambos partidos, pero no ha sido posible. Cada cual tiene su interés. Al PSOE se le iba a hacer muy cuesta arriba acompañar a los sindicatos de sanitarios en las manifestaciones y aprobar una cuentas, y el PP ni ha confiado ni quería emprender ese camino. Quizás lo logre ahora con Vox.

Certificado el desencuentro, todo lo demás es bucle, Juanma Moreno se queja del trato del Gobierno central, el PSOE que es un tipo de derecha que está desmontando la sanidad pública para beneficiar a la privada.

  

 

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