Rafael de Paula salió ayer en libertad con cargos a la espera de juicio, fijado para el próximo 14 de noviembre, tras prestar declaración por un presunto delito de amenazas graves contra su abogado, Manuel González Gamero. El juez ha impuesto al torero jerezano orden de alejamiento y protección sobre el abogado a petición de la acusación particular, que se adhiere a la solicitud de un año de prisión del fiscal y una falta de daños, los ocasionados por Paula en el exterior del despacho.

El matador, de 74 años, fue detenido el jueves en el exterior del despacho del abogado, donde fue reducido por agentes de la Policía, muy alterado, cuando esgrimía una azada de gran tamaño y un cuchillo de más de 15 centímetros de hoja con los que golpeó violentamente la puerta del bufete.

A su salida de los juzgados el diestro retirado reconoció haber pasado una noche dura en los calabozos de Comisaría, pero declinó ofrecer detalles sobre su declaración ante el juez. "Estoy bien y hasta el momento todo ha ido bien", señaló Paula, que expresó su deseo "de que la verdad prevalezca sobre todas las cosas para que así venga la felicidad a través de la libertad".

El torero eludió responder a las preguntas de los periodistas, a los que se dirigió con desprecio, y tras significar que "lo molesto es que he dormido en los calabozos y la noche ha sido dura, se limitó a decir que "estoy libre como los pájaros. Me encuentro bien y ¡viva la libertad!".

El abogado del torero negó que el origen del incidente resida en la intención de Paula de querellarse contra ciertas personas de renombre, a lo que se negó González Gamero. A preguntas de los periodistas al respecto, el defensor dijo que "ni desmiento ni afirmo, sólo digo que esa información va más allá de la realidad". El compañero de despacho de la víctima, Álvaro López de Carrizosa, señaló que los hechos se remontan al pasado lunes, cuando, según su relato, el torero amenazó e insultó al abogado ante su negativa a presentar una demanda contra la duquesa de Alba, Álvaro Domecq y Pedro Trapote, al considerar que "no tenía ni pies ni cabeza".

Después de declarar ante el juez y de ratificar su denuncia, González Gamero abandonó los juzgados visiblemente afectado. El letrado relató que vivió el incidente al otro lado de la puerta, que no abrió tras ser advertido por un compañero del bufete de que Paula se dirigía hacia allí en actitud hostil.

Fue "bastante desagradable", explicó González Gamero, quien detalló que "aunque no lo presencié, por lo que no puedo decir lo que ocurrió exactamente, oí gritos y golpes al otro lado de la puerta y las amenazas".

El denunciante situó el origen del intento de agresión del jueves en otro incidente protagonizado por el torero en su despacho el lunes anterior, y añadió que "es la primera vez en 28 años de ejercicio que me ocurre, y espero que sea la última; deseo que no le pase a ningún compañero porque es bastante desagradable".