Evangelina Naranjo, tercera consejera de Justicia

“No sé si seremos capaces de abordar la Memoria Histórica con generosidad”

  • Una huelga de jueces “no tiene ninguna lógica” 

  • “La Ciudad de la Justicia en el Prado sería un error para Sevilla”

Evangelina Naranjo, ex consejera de Justicia

Evangelina Naranjo, ex consejera de Justicia

El canal Juzgado de Guardia continúa con la serie de entrevistas a los consejeros andaluces de Justicia con Evangelina Naranjo (2008-2009). En su mandato vivió la investigación por el asesinato de la pequeña Mariluz y sigue pensando que hubo un error del juez y no del sistema, por lo que una sanción de solo 1.500 euros al magistrado le parece “descompensada”. Conoció  la primera huelga de jueces, que le sigue pareciendo tan ilógica como la de militares o diputados. Como impulsora de la Memoria Histórica, ve con pesimismo que se pueda abordar con la “generosidad y objetividad” de la Transición.

-Usted empezó siendo consejera de Gobernación en la legislatura 2004-08, con competencias sobre Policía, ayuntamientos, inmigración, voluntariado, consumo, espectáculos y toros.

-Las competencias eran numerosas y hay que añadir las de Política Interior y procesos electorales. En aquel periodo se sometió a referéndum la modificación del Estatuto de Autonomía, era la primera vez que el Gobierno andaluz se enfrentaba a ese reto porque antes era competencia del Gobierno de España. No se escapa el valor político de una competencia de esa naturaleza. De aquellos años tengo muy buenos recuerdos de la colaboración con los Cuerpos de Seguridad del Estado, realizamos una serie de actuaciones que resolvieron temas importantes de una manera discreta y eficaz.

También se puso en marcha un nuevo reglamento taurino, el decreto de animales peligrosos y la llamada "ley de la botellona", normas de las que me siento orgullosa.

-En 2008 pasó a la Consejería de Justicia y Administración Pública

-La "transición" a Justicia la hice con la misma ilusión que cuando el presidente Manuel Chaves me llamó para Gobernación. La  verdad es que lo asumí con más celo por el momento tan tenso, judicialmente hablando, que vivía España. Sobre todo por el encargo que tenía del presidente: “mejorar las relaciones de la Junta con la ciudadanía y otras administraciones”. 

Me estoy refiriendo a la “otra pata” de la consejería, que era la Administración Pública, de la que nadie habla pero por la que se ven afectadas el 100% de las personas. Un pequeño cambio normativo, un buen servicio público virtual, una modificación horaria de un registro… tienen una transcendencia enorme para las personas.

-¿Qué asuntos le dieron más dolor de cabeza? 

-Dolor de cabeza no me dio ninguna de las consejerías. Tuve sensación de fracaso o de tristeza cuando no pude o no supe resolver las angustias o las carencias trascendentes de los ciudadanos. Los incendios en nuestros montes o la tragedia de las pateras los llevaba siempre con la sensación de que algo no habíamos hecho suficientemente bien. 

“La huelga de jueces tiene la misma lógica que una de militares o cargos electos”

-En octubre 2008 pararon los secretarios judiciales y en febrero de 2009 le tocó vivir la primera huelga de jueces en la historia de España. Usted dijo en una entrevista que los jueces se habían extralimitado porque eran un poder del Estado. ¿Sigue viéndolo así? 

-Quizás lo que he cambiado es la percepción de la importancia del lenguaje en determinados ambientes institucionales. Hoy no diría que “se extralimitaron", pero pienso lo mismo en relación a lo que de sentido común e institucional tenga que la judicatura se declare en huelga. Ello no es contrario al respeto profundo por lo que hacen y la conciencia de la necesidad de recursos que tienen para hacer bien su trabajo. Pero una huelga de jueces, para mí tiene la misma lógica que una de militares o de cargos electos. Ninguna. 

“El juez del caso Mariluz se equivocó. Ni antes ni después hubo errores similares”

-Se produjo el caso Mariluz y usted dijo que la sanción de solo 1.500 euros al juez que dejó libre al asesino le parecía un “borrón y cuenta nueva” por parte del CGPJ. ¿El caso Mariluz reveló las deficiencias del sistemal?

-El caso Mariluz fué una tragedia enorme. El desencadenante fue el error de un juez y los errores de los jueces los evalúan y sancionan ellos mismos, el CGPJ. Así es porque así lo ha querido la sociedad y se ha traducido en leyes. 

Si no nos gusta, lo que hay que hacer es cambiarlo, pero evidentemente si se enfrenta al terrible hecho de la muerte de una persona, una niña en este caso, y todas las circunstancias que lo rodearon, la sanción de 1.500 euros parece descompensada

El hecho en sí mismo de que hubiese una sanción indica que el juez se equivocó y no que el sistema fuese deficiente, porque ni antes ni después ocurrieron errores similares.

"La Ciudad de la Justicia en el Prado sería un error para Sevilla"

-Usted apostó por la Ciudad de la Justicia de Sevilla en Los Gordales e incluso anunció un concurso público que se adjudicaría en septiembre 2009 y que estaría redactado en 22 meses. ¿Por qué no prosperó?

-La decisión fue fácil de tomar. El Ayuntamiento de Sevilla redactó su nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que fue aprobado por la Junta en 2006. En dicho plan estaba planificada la Ciudad de la Justicia en Los Gordales. Entonces ¿qué necesidad había de buscar otra ubicación, cuando todo un PGOU “que es ley" y que se ha consensuado con todas las organizaciones que tienen algo que decir, ha establecido el espacio de actuación? 

Después vinieron los presupuestos del 2009, los primeros de la crisis, y en abril hubo un nuevo gobierno. Diez años después sigo pensando que la Ciudad de la Justicia en el Prado sería un error para Sevilla. Porque para tomar una decisión así hay que pensar en la ciudad en su conjunto y en los ciudadanos, y no solo en los que allí trabajen, impartan o reciban justicia.

-En abril de 2009 inauguró el Edificio Noga, que ya entonces se llamaba “edificio puente” pero que sigue funcionando hoy en día, casi diez años después. ¿Fue una solución acertada?

-Esa sí que fue una decisión más arriesgada y decidida. Había que gestionar en tanto en cuanto se realizaba la obra definitiva que necesitaban los órganos judiciales. Creo que fue una decisión acertada porque por muy poco que durara la crisis (y ha durado mucho) era imprescindible ampliar el número de juzgados en condiciones dignas. El "edificio puente" se ha ido desarrollando hasta ocupar hoy el edificio entero, lo que sin duda era necesario. Si estamos ahora, o no, en el momento de iniciar el final del "puente", la verdad es que no tengo suficientes elementos para valorarlo. 

-Su última participación en política fue apoyar a Patxi López en las primarias del PSOE. ¿Ha sido su última intervención? ¿Que lleva a tirar la toalla a una persona que ha vivido todos los estamentos de la política (municipal, autonómica, interna de los partidos)?

-No he tirado la toalla aunque esa haya sido mi última intervención. Nunca dejaré de amar la política con mayúsculas, pues a pesar de todo y de todos, sigo creyendo en ella como la acción más noble que podemos ejercer las personas para organizarnos en sociedad.

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