El sábado se cumple el quinto aniversario del asesinato de Ruth y José (de seis y dos años) a manos de su padre, José Bretón. Ayer, el filicida se encontraba ingresado en el Hospital de Castilla-La Mancha a causa de unas lesiones en el cuello que se ocasionó él mismo. Según explicaron ayer Instituciones Penitenciarias a esta Redacción, los hechos tuvieron lugar al filo de las 22:00 del pasado miércoles en la cárcel de Herrera de la Mancha  en Manzanares (Ciudad Real), prisión en la que el asesino cumple condena. Bretón, que se encuentra en régimen de Acompañamiento Terapéutico en Celda, se cortó con la misma cuchilla con la se estaba afeitando, detallaron las fuentes, por lo que el recluso que en ese momento estaba con él dio aviso a los funcionarios de la prisión. Instituciones Penitenciarias destacó la "rapidísima" actuación del personal de la prisión que tras atender a Bretón, dieron aviso al 112 que finalmente le dio traslado al Hospital de Ciudad Real. Fue en la mañana de ayer, prosiguieron las mismas fuentes, cuando el parricida fue intervenido a raíz de los cortes que se había ocasionado en el cuello. A media mañana, el parte de lesiones ya aseguraba que el estado de Bretón no revestía gravedad.

Con todo ello, Instituciones Penitenciarias aseguró que los presos disponen de cuchillas para su cuidado personal, pero comentaron que el daño que se puede infligir es mínimo. Por ello, el organismo sospecha que la intención del asesino no era la de quitarse la vida, ya que las cuchillas no están preparadas para ello.

Fue la familia de Ruth Ortiz, exmujer de Bretón, la que aseguró ayer que lo único que persigue el preso es "llamar la atención". Fuentes de la familia de la madre de los niños asesinados afirmaron que conocen su modus operandi: "Sabemos que ahora toca llamar la atención porque siempre suele hacerlo en octubre y en Navidad, y ahora tocaba", aseveraron. Con todo ello, la prisión no aplicaba en estos momentos sobre Bretón el Protocolo de Prevención de Suicidios (PPS), tan sólo del Acompañamiento Terapéutico, por lo que siempre estaba junto a otro interno.

Bretón cumple condena en la prisión de Herrera de la Mancha  por el doble asesinato de sus hijos tras haber pasado por las cárceles de Jaén II, Villena (Alicante) y Córdoba. El parricida se realizó los cortes tan sólo dos o tres días antes de que se cumpla el quinto aniversario del asesinato de sus hijos, uno de los casos más mediáticos que se recuerdan en España. Fue ese mismo día, el 8 de octubre de 2011, cuando Bretón simuló haber perdido a sus dos hijos en el parque de la Ciudad de los Niños de la capital cordobesa. Finalmente quedó demostrado que antes de acudir al Parque Cruz Conde y dar aviso a su familia y a la Policía, quemó a los dos niños en una especie de horno crematorio elaborado por él mismo en una finca familiar situada en el polígono industrial de Las Quemadillas.

Fue el 21 de octubre de ese mismo año cuando Bretón fue ingresado en modo de prisión preventiva, el mismo día en el que recreó la supuesta pérdida en el citado parque junto a los investigadores de este caso.

Un error en el primer análisis de los restos óseos encontrados en la finca de Las Quemadillas alargó la resolución del caso casi dos años, al concluir la primera analista que esos restos pertenecían a animales, concretamente roedores y pequeños carnívoros. Fue en 2012 cuando la madre de los niños solicitó otro informe de los restos que resultó concluyente: eran de humanos y podrían corresponderse con niños de dos y de seis años.

El 12 de julio de 2013 un Jurado Popular declaró a Bretón culpable, por unanimidad, de la muerte de sus dos hijos, y de quemarlos en la hoguera que hizo en Las Quemadillas. Concluyeron además que el parricida había cometido el crimen como venganza a su exmujer. La Audiencia de Córdoba lo condenó a 40 años de cárcel, pena que después se fijó en un máximo de 25 años de cumplimiento de condena.