Las próximas elecciones autonómicas se celebrarán en 2012 y no antes. Así lo proclamó ayer el presidente del Gobierno andaluz, José Antonio Griñán, quien contestó de esa manera a la petición que el PP-A trasladará al Parlamento solicitando un adelanto de los comicios, además de no hacerlos coincidir con los generales. Griñán recalcó que las elecciones "serán dentro de tres años", y envió un mensaje al principal grupo de la oposición: "Aquel que quiera cruzar un puente antes de llegar al río, se va a equivocar".

El jefe del Ejecutivo autonómico se refirió también al boicot de los alcaldes del PP en la provincia de Málaga, que no acudieron al acto protagonizado por Griñán en la Diputación Provincial por considerarlo un mitin y que podía haber sido interpretado como una estrategia de desgaste contra él y su Gobierno. "En el Parlamento se celebró un debate, una votación, y de ella salió un presidente de la Junta, que soy yo", remachó.

Griñán abundó en el asunto y señaló que "las elecciones se ganan día a día, pero no descalificando a alguien, sino con actuaciones, pues son los hechos los que califican a las personas cuando están ejerciendo la política".

En su discurso en Málaga, el dirigente andaluz insistió en su apuesta por la descentralización local, cuya aplicación pasaría por una reforma del modelo de financiación de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. "Tenemos poca autonomía financiera", admitió Griñán, que hizo una defensa a ultranza, una vez más, de la transformación de todo el sistema de financiación, otorgando "más autonomía" a las entidades locales y los gobiernos regionales. El PP-A volvió a dudar de las intenciones del jefe del Gobierno andaluz. "Sus promesas sobre descentralización han durado una semana", dijo el secretario general, Antonio Sanz.