El Gobierno de Gibraltar denunció ayer un incidente entre la patrullera P74-Atalaya de la Armada española con un mercante en las aguas que rodean al Peñón, ya que aseguró que la primera "ordenó levar anclas y marcharse" al mercante, que estaba en la Zona Este, "porque no tenía permiso para permanecer en zona española".

La Autoridad Portuaria de Gibraltar (APG) ordenó a todas las embarcaciones que permanecieran en el lugar en el que se encontraban ancladas y así lo hicieron porque "estaban en aguas territoriales de Gibraltar y el buque Atalaya no tiene jurisdicción sobre esas aguas". El Ejecutivo de la colonia afirmó que esta actuación "supone un desafío directo y muy grave a la soberanía británica sobre aguas gibraltareñas" y fruto de la misma, la Armada británica envió una lancha al encuentro del Atalaya que fue "advertida". Cuando llegó el HSM Scimitar, una embarcación mayor, la patrullera española ya había abandonado la zona.

El Peñón señaló que el incidente "hace estallar el mito difundido por la ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, de que la actual paralización del Foro de Diálogo es culpa de Gibraltar" y cree que se trata de un altercado "sin precedentes". "Gibraltar no quiere discutir sobre la soberanía con España", continuó el Gobierno, "pero quiere asegurarse de que no habrá concesiones sobre su soberanía y jurisdicción". Añadió que es "imposible que pueda coexistir la cooperación con este tipo de comportamiento, y ésta es la razón por la que el ministro principal, Peter Caruana, se mantiene en guardia". "Si España persiste en estas incursiones, el Reino Unido deberá desplegar embarcaciones apropiadas para reafirmar y defender la soberanía de Su Majestad en aguas de Gibraltar".

Precisamente, el contencioso de Gibraltar fue abordado ayer en el Congreso de los Diputados, cuando el popular José Ignacio Landaluce instó al Gobierno español a que convoque una reunión "inmediatamente" con el británico para hablar de los incidentes en las aguas del Peñón. La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, defendió la posición del Ejecutivo español y su "firmeza".