el resto del tintero

Enero es el mes más esperado

  • La duda que debe resolver Mariano Rajoy es si quiere defender los buenos resultados electorales que alcanzó su partido en Andalucía o si es posible gobernar en la Junta en 2017

EN su desesperación, un presidente provincial del PP bromea: "Sí, ya hemos decidido que nos vamos a presentar a las próximas elecciones". A medida que transcurre el tiempo sin que Mariano Rajoy decida quién será el próximo presidente del PP andaluz y candidato a la Presidencia de la Junta, este partido, mayoritario en el Parlamento y en los consistorios de las capitales andaluzas, corre el riesgo de caer en aquel fraticidio sucesorio con el que acababan los sultanatos otomanos. La aniquilación de hermanos por hermanos decidía, finalmente, el nombre del heredero ante la indecisión del sultán en su decrepitud. Vaya, no es que el PP se vaya a romper, pero a algún que otro jefe provincial ya se le ha oído decir: "Esto no me va costar a mí la amistad con...".

Los aspirantes a suceder a Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, en el cargo que nunca quiso -el de candidato a la Junta- se dividen en dos: los que desean serlo y los que no. Entre los últimos, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y el de Agricultura, Miguel Arias. Entre los segundos, José Luis Sanz, secretario general del PP andaluz; Carmen Crespo, delegada del Gobierno, y Juan Manuel Moreno Bonilla, secretario de Estado de Bienestar Social. Y en un punto intermedio, ni frío ni calor, depende de quién responda, el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, quien fuera uno de los preferidos de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y quien ahora gana puntos por su condición de parlamentario autonómico. Un ministro con memoria, y quizás también con un interés particular, no hace más que recordar qué le ocurrió a Antonio Hernández Mancha, en su día candidato de AP, por no ser miembro del Parlamento. Sí: más interés que memoria porque Hernández Mancha nunca tuvo opciones de ganar alguna elección en Andalucía.

Según fuentes del PP, el partido ya estaría preparando el congreso para celebrarlo en el mes de enero en la ciudad de Sevilla. En principio, sería el fin de semana del 10 de enero, aunque, de ser así, la maquinaria de elección de compromisarios debe iniciarse esta semana entrante. Hay una segunda opción, que es la del siguiente fin de semana. La decisión, en cualquier caso, dependería, según las mismas fuentes, de Mariano Rajoy. Éstas sostienen que el presidente del Gobierno tenía decidido resolver la sucesión en Andalucía a la vez que elegía al cabeza de lista a las elecciones europeas y provocaba una probable crisis de Gobierno si fuera necesario. "Quizás, este siga siendo el plan, aunque algunas cosas se adelanten un poco", explicó esta fuente.

Varios presidentes provinciales consultados mantienen que no tienen información al respecto, que ésta ha sido una semana "de silencios" después de que Rajoy enfriase el congreso frustrado en diciembre donde se iba a elegir a José Luis Sanz. No obstante, enero fue siempre el mes en que todos pensaban que se celebraría este cónclave, el que repararía el error cometido en julio de 2012, cuando se encumbró a Juan Ignacio Zoido a sabiendas de que no quería ser el candidato a la Junta. Aquel congreso, que se celebró en Granada, transcurrió mal: Javier Arenas, que dejaba el cargo, apenas se vio con Juan Ignacio Zoido, y Mariano Rajoy adelantó la clausura al sábado por la tarde ante el temor de la concentración de varias manifestaciones que se anunciaban para el domingo.

Pero si la fecha del congreso es una incógnita casi resuelta, ya nadie dará un paso más sobre el nombre del candidato hasta que Mariano Rajoy lo comunique. El presidente siempre prefirió a los ministros, aunque ni Báñez ni Arias se han dejado convencer. Ambos han alegado poderosas razones familiares, y no parece que el presidente use la firmeza de José María Aznar, que no hubiera dudado un segundo en mandar al candidato con más opciones donde fuese. José Luis Sanz es el aspirante con más opciones; al que respalda Zoido, para quien otro candidato sería una derrota política añadida a este trance; a quien apoyó María Dolores de Cospedal para un congreso que se iba a celebrar ya; el que conoce el partido, al menos, para ponerlo a funcionar de nuevo.

Pero ésa sí es una duda abierta en el PP, la definitiva: ¿hasta dónde debe llegar la apuesta de este partido por Andalucía? ¿Hasta alguien que sepa defender los resultados electorales u otra que ambicione la Presidencia de la Junta? Y no es lo mismo. Si la respuesta es la última, habrá sorpresas en el PP.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios