Para buscar la paz después de la Navidad nada mejor que las opciones de turismo de salud y bienestar que ofrece Andalucía. La comunidad atrajo en 2012 a 690.000 turistas, de los que el 32% fueron extranjeros, principalmente alemanes, británicos y franceses. Andalucía es un lugar excelente para este tipo de turismo, al contar con una amplia y variada oferta específica, buen clima, buena relación calidad-precio y múltiples atractivos complementarios.

Según los datos del informe Turismo de salud y bienestar en Andalucía, dentro de la variada oferta de la comunidad, los balnearios, alrededor de una decena en Andalucía, suelen recibir turistas de entre 30 y 50 años que realizan escapadas cortas o parejas de más de 50 años con estancias superiores a una semana y elevados recursos económicos.

Por su parte, los establecimientos hoteleros suelen contar con un público de en torno a 50 años de poder adquisitivo medio/alto, que permanecen en sus instalaciones fines de semana, en el caso de los españoles, y periodos más largos en temporada baja en lo que se refiere a los extranjeros.

Al final de 2012, alrededor del 12% del conjunto de los establecimientos turísticos de la comunidad proporcionaban servicios de salud y bienestar, acaparando los hoteles cerca del 70% del total de la oferta, especialmente los de mayor categoría. De hecho, el 86% de los de cinco estrellas están acondicionados para este tipo de turismo.

De los 690.000 turistas motivados por este segmento registrados en establecimientos hoteleros y balnearios de Andalucía durante 2012, el 68% procedían del mercado nacional, mientras que entre los extranjeros destacan los alemanes, seguidos a distancia por británicos y franceses.

El 83% de estos viajeros se alojaron en hoteles, el 85% de ellos en el mismo establecimiento en el que recibieron los servicios de salud y bienestar. La estancia media se situó en 7,5 días, mientras que la valoración del destino por parte de estos turistas ascendió a 8,7 puntos sobre 10.

El gasto medio diario se situó en 68,5 euros, siendo el alojamiento y la restauración los aspectos con mayor desembolso. Esto supone que los ingresos generados por el gasto en destino superaron los 354 millones de euros, si bien hay que tener en cuenta que cerca de la mitad de los viajeros hizo uso de paquete turístico, que suele abonarse en el propio lugar de residencia.

Para todos ellos, más allá de balnearios, hoteles con spa, etc, hay propuestas para los más activos como las Villas Turísticas de Andalucía, donde además de gozar del tiempo libre con espacios deportivos, también hay instalaciones para la salud y belleza. La oferta se reparte por todas las provincias sin estar ligado, salvo en el caso de los balnearios, a la estacionalidad.

En cualquier caso, si hay alguna modalidad que reine en el terreno del turismo de salud y belleza en Andalucía son los baños árabes, herederos de la tradición de Al Ándalus y los balnearios que aprovechan la riqueza mineral del subsuelo andaluz.

De todas las provincias, por su cercana herencia árabe, son en Córdoba y Granada donde los baños árabes toman una especial relevancia. En Córdoba hay baños que preceden una vez restaurados, de la época califal.

No sólo por sus instalaciones, sino por los materiales que usan en sus tratamientos, los viajeros pueden encontrar curiosidades como el del Spa Club Jerez, con un programa especial de vinoterapia y winespa, Alrededor del Jerez, que incluye cata-degustación y maridaje.

En la provincia de Cádiz este turismo saludable ofrece todas las posibilidades: dormir en acogedores hoteles de montaña, relajarse en balnearios junto a fuentes naturales de agua, alojarse sobre acantilados que dan al mar y disfrutar de actividades deportivas y de ocio para sentirse mejor con tratamientos de belleza y relajación. Uno de estos lugares es el Balneario Fuenteamarga de Chiclana, con 200 años de experiencia. Sus aguas mineralo-medicinales están especialmente indicadas en procesos reumatológicos y traumatológicos, afecciones de la piel y aparato respiratorio, así como uno de los grandes males de nuestra era, el estrés.

Algo similar ocurre en Jaén on la oleoterapia. Uno de los lugares en los que se puede acceder a este tratamiento es el Hotel Palacio de Mengíbar. El aceite de oliva hidrata, nutre y agiliza el proceso de cicatrización de la piel. Situado en Mengíbar, es un edificio del siglo XV y declarado por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural. Además de disfrutar del alojamiento en un edificio de estas características, que, además, acoge una impresionante colección de piezas arqueológicas originales, para seguir con la paz, nada mejor que sumergirse en sus termas romanas y disfrutar de un tratamiento de oleoterapia en el interior de un aljibe musulmán del siglo XI. Como final del día, una cena en el restaurante General Reding, situado en las antiguas caballerizas del palacio.

Aunando también historia y salud está el hotel Villa Padierna Thermas, sobre las termas de Carratraca. Está a 45 minutos del aeropuerto de Málaga, al norte del valle de Guadalhorce. Estas termas son conocidas desde la época romana por sus aguas sulfurosas y en el siglo XIX atrajeron a viajeros como Lord Byron o la emperatriz María Eugenia. Las termas están cruzando la calle desde el hotel y se puede llegar por un túnel cromoterápico subterráneo.