Casi una veintena de preguntas hicieron falta para que, en la última, el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez, reconociese una evidencia: el veto a propuestas de la oposición en el Parlamento andaluz obedece a razones partidistas, la reacción a "una nueva realidad política" en la que el PSOE se ha quedado en minoría a diferencia de otras legislaturas.

Desde hace tres semanas el PSOE centra sus esfuerzos en lograr que las iniciativas de la oposición que puedan afectar al Gobierno ni siquiera comiencen a tramitarse, convencidos de que el Ejecutivo no puede hacerse cargo de leyes que emanen del Parlamento si no cuentan con su visto bueno. Para ello los socialistas se valen de la supuesta ambigüedad de los textos (Estatuto y Reglamento de la Cámara) y confían en atraer a Ciudadanos para que les respalde.

Hoy la Mesa de la Cámara volverá a analizar la cuestión, con las enmiendas que presenten los partidos a la resolución del presidente del Parlamento, el socialista Juan Pablo Durán, en la que endurece los requisitos para que los grupos tramiten leyes.

La motivación política es la causa más probable de la maniobra, porque en la veintena de preguntas Vázquez no aclaró el criterio que lleva al Consejo de Gobierno a oponerse o no a estas propuestas de ley y que según el portavoz contaría con el aval del Gabinete Jurídico. Más claro parece el argumento contra las que presenta el PP, porque la Junta se acoge a que afecta directamente a sus presupuestos, obviando la opinión de juristas en la que niegan la capacidad de veto del Gobierno si afecta a ejercicios posteriores.

Esta capacidad de veto del Gobierno es la que pone en marcha el procedimiento en el Parlamento, que concluye en una votación donde la Mesa manifiesta su opinión y en la que (para enredar aún más) las propuestas presentadas han acabado en empate y por lo tanto en un limbo todavía irresuelto.

El Consejo de Gobierno decidió que no habrá veto a la tramitación de una ley de emergencias sociales presentada por Podemos a pesar de que reconoce el impacto presupuestario, mismo motivo que sin embargo bloqueó otra ley presentada por Podemos, sobre Cuentas Abiertas, a pesar de que el impacto presupuestario es menos evidente. Vázquez mencionó otras razones, pero ninguna de ellas afecta al veto, y sí para expresar la opinión del Gobierno cuando se debata, una libertad de opinión que para el portavoz no se puede "amordazar" ya que el Gobierno "tendrá que dar su parecer como hace cualquier partido político".