Andalucía

Desigualdades que matan

  • Investigadores de la Consejería de Salud revelan que los andaluces viven menos y peor que el resto de los españoles Los factores socioeconómicos explicarían este desfase

La pobreza mata. A estas alturas, este sintagma es una perogrullada. Pero pocas veces esta conclusión, tan clara, tan obvia, se fundamenta con un extensísimo trabajo firmado por investigadores adscritos al servicio de Información y Evaluación de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Se trata del informe Desigualdades en la mortalidad entre Andalucía y España, un trabajo publicado en recientemente en la revista Gaceta Sanitaria a cargo de Miguel Ruiz Ramos y Francisco Javier García León, que concluye que "las desigualdades de salud entre España y Andalucía siguen existiendo" y son determinantes para que en la comunidad se viva menos y peor.

Y aquí no hay lemas, ni campañas publicitarias de atardeceres en la playa ni eslóganes sobre las bondades de la dieta mediterránea que valgan. Se trata de datos. Según los publicados por el Instituto Nacional de Estadística de España de 2010 -este estudio ha trabajado los cálculos del INE y del Registro de Mortalidad de Andalucía desde 1990 a 2010-, la esperanza de vida de los andaluces es de 77,72 años y la de las andaluzas, de 83,66 años, mientras que en el resto del país, los varones viven de media 79,94 años y las mujeres 84,91. Es decir, una diferencia de más de 24 meses en el que caso de los hombres y de algo más de 14 en el de las mujeres.

Un desfase que viene de antiguo. España ha duplicado los años de esperanza de vida a lo largo del siglo XX y se sitúa hoy a la cabeza a nivel internacional. Andalucía comparte con el conjunto del país estas características de progreso en el nivel de salud aunque "desde que hay datos fiables", precisan en el estudio, "Andalucía presenta una mayor mortalidad en todos los grupos de edad". La última vez que la longevidad de las mujeres andaluzas coincidió con la española fue en 1960, desde entonces "se produce una divergencia que continúa en la actualidad".

Y que no va alcanzarse en un futuro próximo. Según este informe, "al final de la primera década del siglo XXI Andalucía no sólo no confluye con la media española en cuanto a las tasas de mortalidad, sino que las divergencias se incrementan ligeramente".

La sobremortalidad andaluza respecto a la española, incide el trabajo "sugiere la existencia de factores socioeconómicos a todas las edades independientemente del año de nacimiento", lo que indica "una mayor vulnerabilidad" de aquellas personas "sometidas a unas condiciones de vida más adversas que sus equivalentes en el resto de España". La pobreza acarrea mala salud, el paro continuado no ayuda a alargar la vida, el sendetarismo y la mala alimentación restan años... pero en Andalucía más que en el resto del país.

La explicación a por qué aquí la esperanza de vida es menor habría que buscarla "siguiendo los modelos de las desigualdades sociales y de salud, en el conjunto de los determinantes sociales", desde las políticas socio-sanitarias a la prevalencia de factores de riesgo establecidos para las principales enfermedades (tabaquismo, consumo de alcohol, alimentación...)

Y es aquí donde los autores señalan que "sería un buen momento" para que unos y otros, pero especialmente las autoridades sanitarias -en la Andalucía la Consejería de Salud- "evalúen las recomendaciones recogidas en el Primer Informe sobre Desigualdades Sociales y de Salud en Andalucía", un documento pionero publicado en 2008, gracias a la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública de Andalucía, cuyas conclusiones parecen haber caído en el olvido.

En aquel estudio, coordinado por el médico Antonio Escolar, ya se alertó de la situación de desventaja que sufría la comunidad. "En los últimos 30 años, la desigualdad [en la longevidad] no sólo se ha mantenido, sino que incluso se ha aumentado. Andalucía lleva un retraso de seis años en el proceso de mejora de la esperanza de vida con respecto a la media española". Aquel estudio concluyó, hace cinco años, que "en la medida en que sigan manteniendo graves desigualdades en las condiciones de vida entre Andalucía y España y dentro de la comunidad se seguirán manteniendo importantes y crecientes desigualdades en salud. Llegar a evitarlas -se subrayó- pasa por reconocer, y actuar en consonancia respecto del enorme peso que los factores políticos, económicos y sociales tienen en las personas".

Entonces, las razones de estas desigualdades entre poblaciones se explicaron por "la falta de políticas correctoras concertadas, al déficit de las políticas sociales desarrolladas en Andalucía, especialmente en el campo de los cuidados socio-sanitarios". Esto se dedujo en 2008, cuando la crisis aún no se había llevado por delante servicios y programas cuya desaparición hoy se denuncia a diario.

Este medio trató sin éxito de que fuentes del departamento de María Jesús Montero, consejera de Salud y Bienestar Social, evaluaran este informe, un estudio que, a la postre, viene a cuestionar los avances en las políticas que sitúan a la comunidad, una vez más, por debajo de la media.

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