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Granada

"Tenía pánico a dormir allí porque sabía lo que tocaba por la noche"

  • El joven denunciante detalla durante cinco horas los abusos sexuales de los que acusa al padre Román y a varios de los Romanones.

Momento de la declaración de 'Daniel'.

Momento de la declaración de 'Daniel'.

Llanto, miradas de reproche, insultos y reprimendas del magistrado se vivieron ayer en la tercera jornada del juicio del caso Romanones. La extensa declaración del joven que asegura haber sido víctima de abusos sexuales por parte del padre Román M. V. C. y de otros sacerdotes y religiosos cuando él era menor de edad provocó momentos de enorme tensión en la Audiencia Provincial, no sólo por lo minucioso de este delicado interrogatorio, sino también por la presencia en la sala de varios de los curas de ese grupo que el testigo reconoció como una "secta" y un "grupo de desequilibrados".

"Han sido años de muchos abusos y situaciones que me han partido por dentro", declaró entre lágrimas y sollozos Daniel (nombre ficticio con el que los medios han tratado siempre de preservar su identidad), que pasó alrededor de cinco horas contestando a las preguntas de los abogados y los jueces. El joven contó con todo detalle sus supuestas experiencias sexuales desde un banco ubicado en la misma línea y a escasos dos metros del único acusado en este juicio, el padre Román, que mantenía la mirada al frente, aunque en momentos determinados giraba la cabeza para encontrarse con su denunciante.

El joven, que no había hecho ninguna aparición pública desde que remitió su denuncia a la Fiscalía en 2014, entró y salió ayer del edificio de la Real Chancillería discretamente, aunque sin cobertura y con decenas de cámaras esperándolo en la calle. No hizo declaraciones públicas y durante su intervención en el juicio insistió en su deseo de no ser reconocido socialmente. "Yo no quiero ser famoso por esto. No necesito nada, tengo trabajo estable y una novia", dijo ayer en alusión a las insinuaciones de los sacerdotes que declararon en días anteriores sobre sus posibles motivaciones para denunciar los hechos. Respecto al posible interés económico también apuntado por los denunciados, Daniel aseguró que ha renunciado a asistir a programas de televisión y hacer entrevistas remuneradas.

Respecto a sus motivos para denunciar, casi siete años después de finalizar su relación con el acusado, el joven aseguró que el principal era "parar esto como sea". "No quería que otros pasaran por lo mismo que yo", declaró al poco de comenzar el interrogatorio del fiscal. Sus pasos fueron escribir una carta al Papa Francisco, que le llamó por teléfono personalmente y le animó a poner los hechos en conocimiento del Arzobispado. Así lo hizo, pero unos meses después optó por acudir también a la Justicia mediante la presentación de una denuncia en la Fiscalía Superior de Andalucía.

Durante la instrucción de este caso, el denunciante ha sido interrogado en muchas ocasiones, dado que sus palabras son la principal prueba de cargo. El más importante fue el de ayer ante el tribunal, donde Daniel ratificó los hechos denunciados, aunque reveló algunas contradicciones e incoherencias que su abogado atribuyó al paso de los años. El fiscal del caso, que solicita 9 años de cárcel para el padre Román, fue el que profundizó más en sus preguntas sobre esas inexactitudes y llevó al denunciante a una situación de mayor tensión. Hasta el punto en que Daniel le dijo al tribunal entre lágrimas: "Son muchos años, que le condenen o que se vaya a su casa, pero que acabe ya. He aparcado mi vida y esto me supera". El joven tuvo que salir para tomar aire y, dado que varios de los sacerdotes denunciados estaban cerca de la puerta, entre el público, Daniel les increpó llamándoles "hijos de puta, asquerosos".

El joven detalló ayer episodios de "masturbaciones", "penetraciones" e "intentos de felaciones" cuando tenía entre 14 y 17 años, un periodo en el que se ha definido como "vulnerado y pisoteado" y en el que mantenía una relación de "dependencia sentimental" respecto del padre Román, al que veía como "el todopoderoso", su guía y "único referente moral y espiritual".

El relato de Daniel comienza a los 7 años, cuando conoció al padre Román, párroco de San Juan de Vianney, una iglesia ubicada en el Zaidín, junto al centro comercial Carrefour. Al principio acudía para la catequesis de la Comunión y poco a poco su relación con la parroquia y el sacerdote se fue haciendo cada vez más estrecha. Monaguillo, catequista, asistente a la misa diaria... Hasta que comenzó a ser invitado a compartir ratos de ocio con los sacerdotes que vivían o frecuentaban la iglesia. "Me quedaba a cenar, a ver películas y hasta a pasar las primeras noches de sábado".

El joven aseguró ayer que él siempre quería dormir en una cama propia, pero que le "tocaba" compartir colchón con el padre Román y que sentía pánico a dormir allí "porque sabía lo que tocaba por la noche", algo que contradice la versión del acusado. El sacerdote declaró el lunes pasado que Daniel siempre durmió en otra cama, aunque admitió que a veces estaban en el mismo dormitorio.

Durante sus primeras pernoctaciones en la parroquia el joven dijo que no sucedió nada, hasta que una noche el acusado comenzó a hacerle los primeros tocamientos bajo el calzoncillo, le masturba y le pide que también se lo haga a él. Esto ocurriría por primera vez, según sus cálculos, en 2004 y a partir de entonces aseguró que intercambiaron "cientos" de masturbaciones hasta 2008, año en el que el joven abandona la parroquia y el grupo de los Romanones. Según su relato, a veces había masajes, visionado de películas pornográficas y relaciones sexuales entre miembros del grupo en su presencia.

El denunciante aseguró que el padre Román le introducía el dedo en el ano durante esas masturbaciones y que dos veces comenzó a penetrarle con su miembro, pero no continuó por el intenso dolor manifestado por Daniel. Esta parte de los supuestos abusos se trató ayer con enorme detalle, al objeto de comprobar la verosimilitud de la declaración, dado que se trata de un elemento crucial para la posible condena del sacerdote. De hecho, las denuncias contra el resto de religiosos se han considerado prescritas al no haber penetración en las relaciones sexuales que el joven aseguró haber mantenido con tres de ellos y que el resto habrían encubierto.

Otro de los temas que más preguntas generó fue el motivo por el que el joven volvía a la parroquia, pese a los actos sexuales, y por qué a partir de su último curso de Bachillerato se trasladó a vivir con los sacerdotes, tanto en esa casa como en un chalet que el grupo de los Romanones tenían en Los Pinillos (Cenes de la Vega) para sus ratos de ocio.

En este punto es donde Daniel más se extendió para explicar el ascendente que el acusado ha tenido sobre él desde los 7 años. Desde esa edad "mi referente en todo era él, he aprendido de él y me someto a lo que haga falta", explicó el joven, que reconoce haber tenido dificultades para cortar del todo esos lazos por la relación de dependencia emocional que describía. Se ha comparado en varias ocasiones con una mujer maltratada que vuelve una y otra vez con su pareja.

Respecto a la familia, el denunciante admite que no veían con buenos ojos al padre Román ni su asiduidad a la parroquia, pero que fue su propia insistencia y defensa a ultranza del sacerdote la que hizo que al final pudiera irse a vivir con el grupo, poco antes de su mayoría de edad. Sus familiares, que le apoyaron y acompañaron ayer en la sesión del juicio, no supieron nada de los hechos que relata hasta poco antes de su denuncia.

Como consecuencia de todos estos hechos, el joven aseguró que tiene problemas de salud, sobre todo de ansiedad y dificultades para tener relaciones sexuales normales. Además "tengo aversión a los sacerdotes, no puedo ir a misa y no puedo ver a un cura", aunque lejos de alejarse de la Iglesia católica, actualmente es miembro del Opus Dei. "Ha salido de Málaga para meterse en Malagón", le cuestionó el fiscal. Daniel lamentó en varias ocasiones la doble cara de los denunciados, en particular del padre Román, que "habla de amor fraterno en la homilía y por la tarde está violando a niños".

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