Andalucía

Crimen de Miriam: ¿caso cerrado?

  • El secuestro y asesinato de Miriam todavía deparará sorpresas sobre los hechos. La Guardia Civil no tiene dudas sobre la implicación de Jonathan Moya y Raúl Ríos.

"No se han obtenido datos que sean de relevancia para la investigación en lo referente a la identificación de otros posibles partícipes activos como colaboradores de Jonathan Moya en los hechos que rodearon y dieron lugar al fallecimiento de Miriam". Así concluye el informe sobre el contenido de dos teléfonos móviles de Jonathan Moya González elaborado por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Almería. La participación de Jonathan en los hechos está fuera de toda duda. La de Raúl Ríos queda más que refrendada tras la revelación del último tomo del sumario .

Sin embargo, aún quedan cuestiones por aclarar, la mayor de ellas, cómo es posible que una persona con 17 antecedentes penales anteriores, se responsabilizara de un bebé. Jonathan Moya conoció a la madre de la pequeña, Gema Cuerda, por internet, comenzó una relación y vio en su bebé una forma para sacar beneficios económicos a costa del padre biológico de la niña. Convenció a Gema Cuerda para que se desplazaran hasta Almería a pesar de sus reticencias, que quedan acreditadas en las conversaciones que mantuvieron y en los mensajes que se intercambiaron: "no me vayas a dejar tirada".

Su bautizo -para el que prometió comprarla un traje (le pregunta la talla de su pantalón) y hasta dice que habló con un cura- fue la excusa perfecta para que Gema y "la mimosín" -como llegó a llamarla en un mensaje- vencieran sus temores y se embarcaran en un viaje en tren hasta Guadix.

Allí las recogió Jonathan. En un momento determinado, y con la pequeña en el coche, salió huyendo. El día de Navidad la pequeña murió de un golpe en la cabeza en un cortijo de Abrucena; la herida de unos cuatro centímetros en la parte izquierda de su cráneo así lo indica. Su último destino, fue una balsa de riego de la localidad de Abrucena y los compañeros de su último viaje, 16 piedras, un bloque de cemento y la ropa de un bebé como trágica mortaja.

Cuando Jonathan era buscado por las fuerzas de seguridad por la comarca de Nacimiento, la pequeña estaba ya muerta. Tres días después, el Día de los Santos Inocentes, fue hallado el cadáver. .

Nadie entiende como alguien con el historial delictivo de Jonathan Moya pudo llegar a cometer semejante atrocidad. Será difícil que pueda rebatir en el juicio mensajes como: "Lo he tenio que hacer solo. Tengo a la peke".

Hay otras dudas. ¿Es posible que alguien le ayudara a cargar con un peso de más de 43 kilos y a arrojarlo por encima de una valla de casi dos metros del altura? ¿Es posible que lo hiciera solo a pesar de que no hay daños ni en el cuerpo de la pequeña ni en la superficie desde la que cayó? ¿Es posible que la causa de la muerte sea accidental, tal y como dijo Jonathan en su declaración ante el juez? ¿Por qué Raúl no dijo nada del asunto incluso después de haber hablado con la Guardia Civil? ¿Por qué la madre de Miriam denuncia una agresión sexual y se somete a unas pruebas a pesar de que sabe que no ha existido?

Son muchas preguntas que no son contestadas por un sumario cerrado y cuyas respuestas ayudarán a entender una actitud incomprensible para personas razonables.

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