Las medidas dictadas por los jueces de menores por delitos de violencia en el seno de la familia crecieron un 20% en los tres últimos años, según aseguró ayer el consejero de Justicia e Interior de la Junta, Emilio de Llera.

El consejero mostró su preocupación por este creciente problema entre los jóvenes en la visita que realizó ayer al centro de menores El Limonar de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). En 2014 los juzgados de menores de Andalucía dictaron más de 1.700 medidas relacionadas con estos delitos, la mayoría -más de 1.300- fueron de medio abierto y el resto -421- de internamiento.

Entre las medidas de medio abierto, la más dictada y que alcanza casi el 50 %, es la libertad vigilada, seguida de las prestaciones en beneficio de la comunidad y de las tareas socioeducativas. Entre las chicas, la medida más acordada es la de estancia en grupo educativo de convivencia.

El titular andaluz de Justicia abogó por la prevención y la educación para evitar que se produzcan agresiones en el seno de las familias y puso de manifiesto que "algo está fallando en la educación de los hijos, ya que los padres muchas veces son excesivamente permisivos y eso hace que se vayan convirtiendo, primero, en pequeños tiranos y, cuando crecen, en verdaderos maltratadores".

El consejero se mostró convencido de la necesidad de reforzar la adopción de medidas preventivas tanto en los centros educativos como en las propias familias para evitar que estas situaciones lleguen a los juzgados por el "drama que suponen".

De Llera resaltó la profesionalidad y cualificación de los 55 trabajadores que desarrollan su actividad en este centro de Alcalá, que es un referente en la "resocialización" de menores.