El mensaje final de José Chamizo ayer en el último trámite de su informe anual ante el Pleno del Parlamento sonó a despedida, palabra que utilizó y que sirvió para dar por hecho su adiós: "Por un lado, la cortesía podría aconsejar una despedida más solemne, pero desconozco si ello es oportuno. Por otro lado, la responsabilidad aconseja definir nuevos planes y proyectos, pero corro el riesgo de parecer precipitado, así que me ceñiré a la única certeza: estar en funciones significa, ante todo, funcionar, y en ello estoy mientras no me digan lo contrario. Como ven, trabajo no me falta ni me faltará". Chamizo se despidió de la tribuna como si fuese la última vez, sin esperar a la respuesta de los grupos parlamentarios, pero esta salida, que contribuyó a teatralizar un desenlace, era obligada porque así consta en el desarrollo reglamentario de la comparecencia, que establece que el comisionado interviene y se marcha, como un invitado. Chamizo sin embargo eligió las mismas palabras que hace una semana en comisión parlamentaria y entonces no quiso que sonaran a despedida, sino a una visualización de su interinidad, situación que se prolonga por un año. Su deseo es continuar y así lo ha manifestado en los últimos meses ("Estaré aquí hasta que me echen").

Los políticos, a los que ha dado más de un rapapolvo en los últimos meses, son más propicios a un relevo y cuentan entre sus argumentos que Chamizo es titular de la plaza desde 1996. Deben los dos grandes grupos, PSOE y PP, consensuar una alternativa que, además, satisfaga a IU y, pese a la complejidad de la tarea, se ignoran en la terna candidatos alternativos de solvencia. Y ello cuando los grupos se han precipitado a imponerse un plazo para la renovación del Defensor, hasta junio (final del periodo de sesiones) para consensuar el nombre que ostente esta responsabilidad los próximos cinco años. Esto ha provocado que se aceleren las pulsaciones, en uno y otro lado.

El más interesado en la renovación es el PSOE y, por ende, la Junta, que lleva meses proponiendo la sustitución. Ha tenido que meter en el mismo bloque el consenso sobre el director general de Canal Sur, pero también ha desvinculado cada acuerdo.

La Junta toma la iniciativa y, ayer, la consejera de la Presidencia, Susana Díaz, eludió dictar sentencia sobre la continuidad de Chamizo. "Ha hecho un buen trabajo y ha sido un buen Defensor", dijo. El uso del pasado no fue casual, porque fue la última respuesta ante la insistencia de la conductora del programa Buenos Días de Canal Sur Televisión. ¿Será el último informe de Chamizo?, comenzó. "Será el último informe antes de la renovación del Defensor". En un tono muy distendido Díaz dejó la incertidumbre en la mesa de negociación de los partidos, de la que quiere que salga una respuesta.

"La ciudadanía no entendería que no seamos capaces de ponernos de acuerdo en una renovación", apresuró.