Desde la entrada de España en el complejo mapa de la gobernanza europea, en el año 86, Andalucía ha sido una de las comunidades que más se ha beneficiado del reparto de fondos europeos y un territorio directamente condicionado por las principales políticas europeas, como la reciente Política Agraria Común (PAC), la Política Pesquera Común (fundamentalmente con la luz verde al Acuerdo de Pesca con Marruecos), las directivas de ayuda a la mejora de las condiciones de trabajo de los temporeros o sobre el diseño de las redes transeuropeas de transporte, que han conectado Andalucía con el Mediterráneo y con Madrid.

En estos últimos 20 años de construcción europea -y con ella del desarrollo de los estados miembros-, Europa ha inyectado en Andalucía más de 70.000 millones de euros. Ahora, tras los años de los Fondos Estructurales (2007-2013) en los que Andalucía era una región "objetivo de convergencia", en el período 2014-2020 ha pasado a ser una "región en transición" y por lo tanto las condiciones de reparto son distintas. Con todo, según Juana Lahousse-Juárez, directora general de Comunicación del Parlamento Europeo, "Andalucía seguirá siendo uno de los principales territorios receptores de ayudas de la UE".

La Nueva Política de Cohesión repartirá en España 25.116 millones de euros, de manera que será el tercer país de la UE que más ayudas recibirá, tras Polonia e Italia.

Según datos de la Comisión Europea, 18.58 millones estarán destinados a las regiones menos desarrolladas, con un PIB per cápita inferior al 75% de la media de la UE (Extremadura); 12.201 millones a las regiones en transición -PIB comprendido entre el 75% y el 90%-, Andalucía, Canarias, Castilla La Mancha y Murcia y 10.084 a las regiones desarrolladas (PIB superior al 90% ). Además, España se beneficiará de 432 millones para regiones ultraperiféricas o poco pobladas, así como 542 millones procedentes de los Fondos Feder.