LA ganadería extensiva tiene gran tradición en Andalucía, siendo una de las cinco regiones más importantes en producción de vacuno de carne -con un 10% de la cabaña ganadera a nivel nacional- y la tercera en vaca nodriza, sólo por detrás de Castilla y León y Extremadura. Sin embargo, a lo largo de los últimos años, las explotaciones de ganadería extensiva y, por ende, el sector vacuno de carne vienen aquejando una falta de rentabilidad que pone en serio peligro la sostenibilidad de este sistema y, consecuentemente, la biodiversidad de la dehesa.

La coyuntura por la que atraviesa el sector vacuno de carne viene determinada, fundamentalmente, por dos situaciones. Por un lado, por el hecho de que los titulares de las dehesas han dedicado históricamente sus explotaciones a varias producciones (corderos, porcino ibérico…), relegando a las vacas a una función de "meros cortafuegos", por lo que hasta ahora no se ha atendido con el interés que requería la mejora genética o la producción de terneros. La segunda de las situaciones, relacionada con la anterior, tiene que ver con la huida del valor añadido a otras regiones españolas, de modo que, mientras Andalucía es una de las principales productoras de terneros, otras comunidades se han dedicado a su engorde y sacrificio, ganando, para ellas, el valor añadido que aquí no hemos sabido retener.

Por tanto, al objeto de asegurar el futuro del sector vacuno de carne y la dehesa, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía viene promoviendo insistentemente la integración de las cooperativas para que, mediante el redimensionamiento, los productores logren un mejor posicionamiento en la cadena de valor, tal y como los mercados actuales demandan.

Los resultados ya comienzan a comprobarse. Así pues, recientemente se han producido algunos movimientos en el sector que pueden ayudar a revertir la situación. Por una parte, la fusión de las secciones de vacuno de carne de la cooperativa andaluza Covap y la extremeña Acorex para la comercialización común de terneros y carne de vacuno. Por otra, la constitución de una nueva sección de vacuno de carne en el seno de Dcoop. Todo ello está generando un cambio de tendencia que, aunque más lento de lo deseable, va en la buena dirección.

Precisamente, poner de relieve las buenas prácticas en el sector, así como ofrecer a los productores las herramientas para implantarlas, son los objetivos que Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía persigue en las actividades que desarrolla como centro de referencia, acreditado por la Consejería de Agricultura. Una de las últimas, fue el III Foro de Vacuno de Carne, celebrado en Jerez de la Frontera (Cádiz), los pasados 6 y 7 de noviembre, el cual reunió a 150 profesionales ganaderos y veterinarios para debatir, además, sobre la calidad, el buen manejo y la sanidad, sin olvidar los cambios introducidos por la reforma de la PAC.

Concretamente, el nuevo marco legislativo pone fin a los mecanismos de gestión de mercado y potencia, en compensación, las competencias de los ganaderos integrados en Organizaciones de Productores (OP), siguiendo el ejemplo de la línea emprendida ya con anterioridad en otros sectores, medidas que, según los expertos que participaron en el encuentro, deben entenderse como oportunidades para avanzar en eficiencia, a través de la concentración y la inversión en tecnología.

A fin de ofrecer ejemplos in situ, el Centro de Referencia de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía organizó también, a principios de octubre, un viaje de trabajo a la feria francesa Sommet de L'Élevage, de referencia en el sector, en el que participaron cerca de 40 productores y técnicos andaluces. La comitiva española atendió charlas técnicas y visitas a explotaciones innovadoras, en las que pudieron conocer de, primera mano, nuevas técnicas productivas y el funcionamiento de explotaciones europeas punteras y rentables.

El objetivo último de todas estas actividades, que desde la federación realizamos, no es otro que contribuir al crecimiento y el desarrollo del sector vacuno de carne andaluz, a través de la formación y el conocimiento de los sistemas más productivos y rentables. Contamos con una materia prima de calidad y un inmejorable ecosistema, pero adolecemos de organización y estructuras comerciales, lo que hace que no podamos competir en la cadena agroalimentaria, controlada por 3 ó 4 operadores. Por ello, insistimos en que la integración es clave, al igual que avanzar en mejora genética y manejo. Si, además, consiguiéramos una reducción de la enorme carga burocrática para los ganaderos, con certeza que el futuro y crecimiento del vacuno de carne en Andalucía estaría más que asegurado.