Ganadería

Bajón unilateral de la industria en los contratos de leche de cabra

  • El bajo precio ofertado vuelve a poner en peligro el mantenimiento de la cabaña de caprino en la región. Los ganaderos denuncian la ausencia de "libre mercado" en el sector.

Las empresas compradoras de leche de cabra, lideradas por las dos grandes que marcan tendencia, Lactalis y García Baquero, están negociando los nuevos contratos de compra a los ganaderos a un precio muy por debajo del que venían pagando en 2015, y aún más bajo del que se pagaba el año anterior, según ha denunciado la organización agraria COAG, que alerta de que si se mantienen esas ofertas se repetirá lo que pasó con la crisis de precios de 2010, cuando los ganaderos tuvieron que sacrificar el 30% de la cabaña caprina que había en Andalucía, porque no la podían mantener dado que la leche se pagaba por debajo de costes de producción.

Según afirman desde la organización agraria, en la actualidad se ofrecen seis céntimos por grado de "extracto seco útil", lo que viene a ser de media -tomando como referencia 8,5 grados- 51 céntimos por litro de leche. Según el responsable del sector en COAG, Antonio Rodríguez, el coste de mantenimiento de una cabra -teniendo en cuenta lo que come, los gastos sanitarios y la leche que da- es de unos 60 céntimos. Así, la oferta de contrato "no cubre ni siquiera lo que cuesta mantener las cabras", según denuncia.

Los contratos en el sector se realizan según ese "extracto seco útil" que define la calidad de la leche, teniendo en cuenta los grados de grasa y proteínas. Según Rodríguez, una buena calidad tendría cinco grados de grasa y 3,5 de proteínas, de ahí el 8,5 por el que se multiplica el precio del contrato.

A su vez, según el estudio de costes -que se presentará próximamente en la Interprofesional- una cabra tipo de una explotación andaluza se come "en semiextensivo" un kilo y medio de pienso al día y produce dos litros escasos de leche. Al coste del pienso hay que sumar los gastos sanitarios y de explotación, que según Rodríguez suman "como poco esos 60 céntimos por día".

En enero de 2015, las cotizaciones rondaban los 8,5 céntimos por grado de "extracto seco útil". Ese precio ya era menor que el que se pagaba el año anterior, ya que en 2014 se pagaban 9 céntimos, con lo que sí se cubría el coste y el ganadero tenía algo de beneficio. Con esos precios, en 2014 se consiguió recuperar la cabaña ganadera que se había perdido en 2010, "año en el que otra crisis de precios bajos hizo que los rebaños entraran en masa en los mataderos", según relata Rodríguez.

El responsable de COAG insiste en el hecho de que "no hay justificación objetiva para la bajada de precios". Y, en este sentido, denuncia que "cuando las dos grandes empresas -Lactalis y García Baquero- salen con esa oferta, ya salen todas igual, las medianas y las pequeñas". Las industrias por su parte, no han accedido a hacer declaraciones al respecto pese a que se ha contactado con ambas -Lactalis y García Baquero- para pedirles que confirmaran los hechos denunciados y explicaran los motivos de la bajada de su oferta.

Antonio Rodríguez se queja de que "lo tienen muy organizado, de forma que siempre mantienen su margen de beneficios: cuando Francia demanda leche de cabra nuestra -para mejorar su calidad, porque es muy buena- ellos ganan y cuando no, bajan el precio al ganadero, y también ganan".

Sobre el argumento que usan las empresas compradoras de que hay exceso de producción, Antonio Rodríguez dice que no es cierto, pero sí admite que les está perjudicando la crisis de la leche de vaca, "aunque no debería influir". El motivo, según este ganadero, es que "en la elaboración de los quesos mixtos no está regulada la cantidad de leche de cabra, oveja y vaca, con lo que aprovechan que está barata la de vaca y aumentan la proporción, lo que es una estafa al consumidor". En este sentido, desde la organización agraria instan a la Administración a regular las proporciones que debe tener el queso mixto.

Otro factor que deja maniatado al ganadero frente a la presión de la industria es -según Antonio Rodríguez- que, aunque no ofrecieran todas el mismo precio, "no hay manera de cambiar de comprador porque se tienen repartidas las rutas de recogida de leche y, si intentas cambiar, te dicen que ellos no roban ganaderos a las otras empresas". En definitiva, asegura que "en este sector no hay libre mercado".

Desde COAG Andalucía advierten de que "esta nueva caída de los precios, unida a la disminución primaveral de la proporción de extracto quesero, puede suponer importantes reducciones en las liquidaciones". En opinión de la organización profesional, tanto los ganaderos como la industria se van a ver al final "perjudicados por estos altibajos, que afectan tanto al consumo como a la rentabilidad de unas explotaciones que, aunque en los últimos dos años han experimentado un escenario de estabilidad económica, no han tenido grandes beneficios, pues apenas han podido saldar las importantes deudas contraídas en el último período de decrecimiento del sector".

Asimismo, denuncian que "el ganadero tiene nula capacidad de influir en los precios y que la aplicación del paquete lácteo no está consiguiendo los objetivos marcados". Es decir: mejorar las condiciones de contratación entre productores y compradores de leche, reforzar la posición negociadora de los productores y contribuir al equilibrio de la cadena de valor en el sector lácteo, además de aumentar la transparencia en este sector.

En definitiva, COAG cree que si esta situación persiste, la rentabilidad de las explotaciones se verá seriamente comprometida y podríamos asistir "a una desaparición progresiva de explotaciones de caprino en nuestra comunidad autónoma, donde se ubica más del 40 % del censo español de cabras productoras de leche".

Antonio Rodríguez apela también a la responsabilidad de todos los eslabones de la cadena para atajar con seriedad esta situación. "Todas las partes implicadas -subraya- incluidas las administraciones públicas deben actuar adaptando oferta y demanda, creando figuras de calidad, publicando estadísticas que garanticen la transparencia de los datos para la toma de decisiones y promoviendo estructuras que eviten la fuerte dependencia del mercado externo, dada la importancia económica y social de este sector,".

Asimismo, Rodríguez se queja de que la industria, que acusaba a los ganaderos de no estar profesionalizados y no ser competitivos, es la que no aprovecha la leche de calidad que se produce en España y que es altamente apreciada en toda Europa. "No ofrecen los quesos de calidad que podrían competir con cualquiera y exportarse a todos lados. Al final es Francia la que compra nuestra leche para sus quesos".

De hecho, en la actualidad Andalucía es una región eminentemente productora, pero las mayores industrias se ubican fuera de nuestra Comunidad Autónoma e incluso, por su gran calidad, se utiliza nuestra leche en otros países de la UE, como el citado caso de Francia, con gran tradición en productos elaborados con leche de cabra.

Sin embrago existen pequeñas y medianas empresas que elaboran productos de calidad que otorgan a la leche mayor valor añadido, como los quesos puros de cabra. Actualmente, las cooperativas también están dirigiendo sus esfuerzos hacia la diversificación y transformación de leche de cabra, aunque de momento eso no influye en el mercado de la leche y en los precios que la industria paga a los ganaderos.

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