Análisis

Antonio morillo crespo

¡Cómo pasa el tiempo...!

Nuestra Constitución es modélica y así fue catalogada por medio mundo

Sí señor el tiempo pasa como el viento, a ráfagas, y cuando nos damos cuenta el vendaval se ha ido y entra la calma chicha. Aunque ahora critiquemos y estemos hasta… de la política actual, se recuerda con alegría y nostalgia la conmemoración de los Ayuntamientos democráticos en el mes de abril de 1979. Aunque a los que tengan más o menos 40 años podrá sonar a la batallita del abuelo.

Pero quien lee historia y sobre todo la de nuestra España, no tiene más remedio que recordar con interés aquella fecha en la que después de muchos años de dictadura el pueblo votó, Sí, votó a quienes les iban mandar y regir en sus respectivos pueblos. Visto con la perspectiva del tiempo pasado, no es que la dictadura fuera cruel y sanguinaria como en otras latitudes, a pesar su fascismo, pero sí que faltaba lo más elemental, que era la libertad, sobre todo para elegir a sus alcaldes y concejales y a veces hasta para opinar y no digamos para entrar a solas en el engranaje público.

Producto de una feroz guerra civil, Franco y el ejército asumió todo el poder e instaló un régimen basado en un partido único la Falange Española Tradicionalista y de la Jons. Para estar en el machito habría que entrar en sus filas cantando el Cara al Sol y quedando fuera todo aquel que opinara de diferente manera sobre todo si preconizaba ideas más o menos izquierdistas. Por eso la Transición fue ideal y quienes la vivimos la recordamos con verdadero y entrañable afecto.

Habrá hoy, vistas las cosas algunas tan absurdas en que nos encontramos, quien suspire por una dictadura como aquella lejana. Pero tengamos las cosas claras, la libertad es lo más sagrado que tenemos los humanos y cuanto se oponga a ella es negativo. Lo que si es necesario enriquecerla y no manipularla. Nuestra Constitución aprobada entonces es modélica y así fue catalogada por medio mundo. Lo que pasa es que se desvirtúa, si el que ahora ejerce el poder y sus colegas hacen de su capa un sayo. Precisamente, esa debería ser ocasión para meditar y razonar en qué nos hemos desviado y volver a entronizarla con todo su espíritu y consecuencias. Y no quedarnos en meras conmemoraciones con fotografías y discursitos. Y aquello tan de separatismos con el fin de “yo me lo guiso, yo me lo como”. Que eso es lo contrario a la solidaridad. Antes era famoso aquello de ser “fiel a los principios del Movimiento nacional”. Ahora hay que ser fiel a los principios de honradez, de trabajo de lealtad y de solidaridad. Honradez política, en una palabra. Erradicar a flojos, mangantes, aprovechados y a los que se creen elegidos in eternum para hacer lo que les da la gana.

P/D. En aquel tiempo fue posible Tejero alentado por las reliquias y los acérrimos conservadores del franquismo. El Ejército fue durante 40 años el que “mandaba”. Hoy día, a pesar de los pesares, al Ejército disciplinado y modélico ni se le ocurre, porque está plenamente consciente de su misión y su sitio en el organigrama nacional. Si hay que hacer cambio, y haberlos hay, somos los ciudadanos con los votos los que tenemos que hacer que la justicia, la honradez y la verdadera democracia imperen.

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