Videojuegos

Análisis 'Super Smash Bros for Wii U'

  • La nueva entrega de la popular franquicia, exclusiva para la última consola de sobremesa de Nintendo, lleva la saga hasta extremos gráficos nunca vistos.

Una de las franquicias más queridas de Nintendo es Super Smash Bros., que ha crecido desde su estreno en Nintendo 64 hasta convertirse en todo un fenómeno mediático. Su propuesta es, desde luego, muy diferente a lo que normalmente acostumbran a disfrutar los adeptos del género de lucha, y con el tiempo, la serie ha conseguido una legión de fans considerable que se entrega en las batallas más dinámicas con sus personajes favoritos de la firma.

 

Pero la trayectoria de la franquicia no ha sido fácil. Super Smash Bros. Melee para Nintendo GameCube fue duramente criticado por su exceso de velocidad, y su secuela, Brawl, descendió el ritmo de los combates a un nivel más lento que simplificaba las mecánicas, algo que disgustó a gran parte de los seguidores de la serie. Con esta nueva producción para Wii U, Nintendo quiere reconciliar a los jugadores con la magia perdida en anteriores entregas ofreciendo una experiencia de juego mucho más equilibrada en términos de ritmo empleando la ya clara premisa fácil de aprender, pero difícil de dominar. Ya tenemos una excelente versión para la portátil Nintendo 3DS que está recogiendo muy buenas críticas, pero ahora le toca a su hermano mayor demostrar que los años de espera han merecido la pena.

 

Llegó el videojuego que acabará con tu mando

En primer lugar, el aspecto del nuevo Super Smash Bros. es simplemente impresionante, demostrando una vez más que un trabajo artístico bien hecho supera cualquier limitación técnica. El videojuego es una de las creaciones más bellas de la videoconsola, y por consiguiente, de la generación. Los modelados de los personajes, así como los escenarios están muy detallados, abusando de colores vibrantes que se mezclan a la perfección con los efectos que imperan tras cada golpe. Todo esto, como no podía ser de otra manera, a una resolución de 1080p y una tasa de imágenes por segundo de 60 fotogramas, fusionando el apartado técnico con el jugable para brindar al jugador una experiencia acorde con los tiempos que corren. Pero no sólo de mejoras gráficas vive este nuevo capítulo de la serie. Además del equilibrio en la velocidad del juego, ni demasiado rápido ni demasiado lento, la plantilla de luchadores se alza como la más completa y variada de la franquicia, con casi 50 personajes a escoger y que, probablemente, vaya sumando nuevos rostros a través de contenido descargable de pago.

El núcleo de la jugabilidad mantiene su esencia: nuestro objetivo es lanzar al enemigo fuera de la pantalla utilizando para ello los movimientos de nuestro personaje y los objetos que encontremos en los escenarios. Habilidades clásicas extirpadas directamente de los videojuegos donde aparecen como protagonistas, movimientos especiales ideales para decantar la balanza a nuestro favor y suerte son elementos que suenan en un combate de Smash Bros., y esta versión no iba a ser una excepción.

Modos de juego, ocho jugadores simultáneos y personalización

Además de los sutiles pero imprescindibles cambios en la jugabilidad, Nintendo ha apostado muy fuerte a la hora de dar más contenido a esta versión, no limitándose únicamente a los conocidos trofeos y sus objetos de colección, sino a una extensa lista de modos de juego que harán que la sed de batalla se extienda hasta el infinito.

La mayor parte de modos de juego conocidos repiten en esta entrega, a los que se incorpora el Smash Tour, el modo Target y los retos especiales. Todos ellos encajan muy bien con la experiencia y ayudan a ampliar la variedad de modos de juego de Super Smash Bros., demostrando que el sistema de combate creado por Nintendo encaja fuera de propuestas clásicas.

Los modos de juego que repiten en esta entrega han sufrido una serie de cambios importantes que aportan un toque de frescura a la experiencia. El modo clásico, por ejemplo, ya no es una sucesión de combates simple, añade más dinamismo con sorpresas que es preferible no desvelar para no arruinar la experiencia. Con todos estos cambios, Super Smash Bros. for Wii U ya es capaz de impresionar a cualquiera. Sin embargo, Nintendo ha decidido dar una vuelta de tuerca a todos los modos de juego añadiendo la opción del multijugador rápido. Ahora podremos jugar a los modos clásicos, All-Star, Home-Run, Target y Multi-Man, con dos o más jugadores, tanto en sus vertientes cooperativas como competitivas, fomentando ese inevitable pique entre jugadores.

Combates en línea

La novedad más palpable de esta entrega vino de la mano de un anuncio de la compañía en la que confirmó que el videojuego permitiría batallas para ocho jugadores simultáneamente, lo que suponía doblar la cifra original recreando auténticas batallas campales donde el caos, la suerte y la habilidad con el mando tendrían un peso importante. No se puede negar que esta adición es una de las mejores propuestas de la entrega, aunque fomenta batallas increíbles sacrificando un poco de materia gráfica para mantener el ritmo. En todo caso es algo que aprecian aquellos que esperan turno, ya que estaremos tan centrados evitando golpes que apenas notaremos diferencias.

 

Afortunadamente, la vertiente en línea de Super Smash Bros. for Wii U funciona a la perfección. Nos olvidamos por completo de errores -tan extendidos entre las producciones de hoy en día- y tiempos de carga abusivos para entrar de manera fácil e intuitiva en peleas contra otros jugadores de todo el mundo. Contamos con dos divisiones: Diversión, podremos modificar a nuestros personajes; y Gloria, donde algunos modificadores no están permitidos, lo que deja la mayor parte del peso en la habilidad del jugador.

Una de las novedades que incluyen los nuevos Super Smash Bros. es la personalización de personajes, que se estrenó en la versión para Nintendo 3DS y desembarca en Wii U con un estilo insuperable. Podremos ir adquiriendo artículos durante las partidas para ir mejorando, paulatinamente, los atributos de nuestros personajes, además de cambiar las habilidades de éstos en su versión alternativa. Este hecho permite crear verdaderas potencias casi imposibles de superar, como un Ganondorf tan rápido como fuerte, o un Diddy Kong tan escurridizo como el puercoespín de SEGA. Las posibilidades son enormes.

 

A esto se le añade una forma muy divertida e intuitiva para crear escenarios donde dar rienda suelta a la imaginación y desarrollar auténticos niveles de ensueño. Si antes la herramienta estaba un poco limitada debido a la poca permisibilidad del mando, ahora con el GamePad podemos crear nuestros escenarios de forma cómoda y fácil, dibujando literalmente las plataformas en la pantalla táctil. Finalmente, se suma el toque nostálgico que tan bien maneja Nintendo, esta vez con la enorme biblioteca musical que recopila la producción. Es un auténtico espectáculo para los oídos: cientos de partituras clásicas y conocidas mezcladas con versiones remasterizadas harán las delicias de cualquier jugador. Contamos, como añadido, con un modo específico para escuchar la banda sonora, ideal para descansar entre combate y combate.

Por último, hay que destacar las grandes diferencias entre las versiones lanzadas por Nintendo a la portátil y la sobremesa. Mientras que la versión para Nintendo 3DS se centra en un juego rápido, con modos de juego construidos para durar unos pocos minutos -ideal para partidas cortas-, el videojuego para Wii U trae gran cantidad de contenido enfocado a mantenernos pegados a la pantalla. Las versiones de ambas videoconsolas están perfectamente diferenciadas, complementándose en algunos aspectos. Completar el videojuego al cien por cien puede llevarnos cientos de horas, a las que se suma la gran cantidad de contenidos para disfrutar en compañía.

Conclusiones

Ya está entre nosotros el esperado Super Smash Bros. for Wii U y la espera ha merecido la pena. Si bien es cierto no estamos ante un cambio de ciclo definitivo dentro de la serie, la gran cantidad de opciones que ofrece, así como la estela de Brawl y Melee mejorada a base de potenciar sus virtudes y reducir sus aspectos más oscuros, consiguen hacer de esta entrega un auténtico imprescindible, no sólo de la videoconsola, también de la generación.

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