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Análisis 'Spec Ops: The Line'

  • La serie retorna con un espíritu renovado que hace de la trama y de su desarrollo narrativo, prácticamente inédito en otros títulos de acción, uno de sus mayores alicientes.

La serie Spec Ops regresa dos lustros después de Airborne Commando con una ambiciosa entrega desarrollada por el estudio alemán Yager bajo la tutela de la prestigiosa 2K Games. A pesar de contar con su propia narrativa y ritmo argumental, Spec Ops: The Line se desmarca totalmente de lo ofrecido en anteriores ediciones para dedicarse por completo a narrar una experiencia de campaña que, según se desarrolla, adquiere un carácter simbólico y ambiguo, para eclosionar como un drama existencial cuando se libera de su crisálida. Presentado como un juego de disparos en tercera que persona que desecha la norma de ofrecer una historia repleta de artificios y vacía de argumento, The Line ofrece al jugador una espléndida, intensa y emocionante campaña, confiando gran parte del peso de la producción en la trama y el ritmo de los acontecimientos, que apoyado por un hermoso e intrigante concepto artístico ofrece un buen número de secuencias memorables.

Bienvenidos a Dubái

Con un promedio de siete horas para la campaña, Spec Ops: The Line nos traslada hasta una Dubái arrasada por una serie de tormentas de arena que prácticamente se han tragado la ciudad produciendo una catástrofe humanitaria de primera magnitud, además de daños materiales incalculables. El ejército de los Estados Unidos envía a la zona al coronel John Konrad para evacuar a los supervivientes; pero el militar decide desobedecer las órdenes y permanecer en Dubái prestando ayuda a éstos. Un poco más tarde se pierde el contacto con Konrad y el resto de tropas norteamericanas desplegadas en la ciudad. El ejército estadounidense da a sus tropas por desaparecidas hasta que, seis semanas después del incidente, una breve transmisión de radio da muestras que el coronel todavía está vivo.

El ejército envía a nuestro protagonista, el capitán Walker, junto con otros dos deltas, a investigar sobre el terreno con el objetivo de buscar al coronel. Pero los tres reyes se darán cuenta muy pronto que algo no cuadra. A partir de este momento, la trama se desenvuelve de manera misteriosa. Durante toda la campaña tanto el jugador como el personaje conocen la situación y son conscientes de lo que está sucediendo a su alrededor, pero no logran alcanzar la magnitud del horror en el que están inmersos, lo que estrecha los lazos entre ambos. A medida que se construye la historia, los detalles van tomando un cariz más inquietante, lo que aumenta la tensión en el jugador, una tensión incierta que crece a la sombra de la presión que sufren los personajes, de modo que contamos con la trama principal y una historia paralela más pequeña, aunque muy importante en todo caso.

Spec Ops: The Line carga en consonancia con su argumento con una tasa de violencia muy cruda. De todos modos, no habría forma de contar esta historia mitigando algunos de los aspectos más duros del juego, que llega a plantear la duda sobre la relevancia del concepto de la misión a través del curso que toman los acontecimientos. ¿Por qué seguimos aquí? ¿Cuándo varió el objetivo de la misión? Lo sabemos todo, lo hemos visto y propiciado, pero ni el soldado ni el jugador lo comprenden muy bien. El instinto y la incertidumbre nos obligan a continuar, a seguir investigando, a luchar hasta la extenuación por llegar a la raíz, por comprender esta locura.

Arena de otro costal

El equipo de desarrollo de Spec Ops: The Line afirmaba que el juego obligaría a los jugadores a tomar algunas decisiones relacionadas con conflictos morales. Sin embargo, en ningún momento del juego éstas se basan en temas ambiguos o fuera de lugar. De hecho, el guión no permite tales lindezas. De modo que tenemos ciertas secuencias que no pasan del concepto de elegir entre lo malo y lo peor, dejando los aspectos dialécticos para el conjunto de la trama. La mayoría de estos dilemas se desarrollan en secuencias en las que tenemos que elegir entre qué enemigo matar o cómo desobedecer las órdenes. El resultado es el mismo sea cual sea la decisión.

La mecánica de juego que implementa The Line es muy interesante y no faltan los momentos de acción y adrenalina pura. Los controles son lo suficientemente fluidos como para satisfacer a los jugadores menos experimentados, que cuentan con un nivel de dificultad donde prima la historia por encima de la acción. No obstante, el reto en su modo normal es suficiente para convencer a cualquier tipo de jugador. Yager acierta implementando dos estructuras de Inteligencia Artificial específicas, una para nuestros compañeros y otra para los enemigos; ambas muy bien implementadas para el deleite de los fans de los juegos de acción, que disfrutarán de enfrentamientos exigentes con compañeros efectivos y de confianza.

La agresividad es el punto más fuerte de los opositores, lo que no permite al jugador permanecer demasiado tiempo en una misma cobertura. Atacan con astucia y bastante potencia de fuego, llegando incluso a crear tácticas de flanqueo. La mecánica de combate nos lleva hasta escenarios donde se suceden las oleadas de enemigos hasta limpiarlos para continuar hasta la siguiente ubicación de combate. También tenemos secuencias en las que disparáramos desde vehículos o helicópteros, todo pensando y medido al milímetro para no saturar de combates al jugador en ningún momento.

Contamos con un arsenal de acuerdo a los tiempos que corren, con armas y equipaciones militares perfectamente reconocibles. Otra de las rutinas interesantes que implementa Spec Ops: The Line es el efecto que se produce al acertar con un disparo en la cabeza de un enemigo, que ralentiza la acción en poco más de un segundo, perfecto para dirigir el punto de mira hacia el próximo enemigo. Este efecto, además de ser muy práctico en combate, también proporciona un detalle visual que dota de más espectacularidad al plano.

Buena prueba de que Spec Ops: The Line ha ignorado algunas normas comerciales es el poco inspirado modo multijugador que implementa. La falta de objetivos es el principal factor de inhibición del jugador a la hora de afrontar los modos competitivos en línea. Para comenzar contamos con tres modos disponibles: el clásico deathmatch, denominado aquí modo Caos; enfrentamiento por equipos con el modo Motín y el modo Enterrado, una variación de captura de zona con algunos añadidos interesantes. Según se adquiere experiencia y se sube de nivel, se desbloquean mas modos Combate, Objetivos y Maniobras, cada uno en vertiente Duro y Especial. Como no podía ser de otra forma, contamos con gran cantidad de armamento y clases para personalizar cada personaje al gusto de cada jugador.

 

En el ojo de la tormenta

Spec Ops: The Line utiliza con acierto el Unreal Engine 3, que se complementa con una dirección de arte brillante. Es cierto que también sufre el mal que acompaña a muchos de los juegos soportados por el popular motor gráfico de Epic: la carga tardía de texturas en secuencias rápidas. De todos modos, la arquitectura de la ciudad en ruinas, con edificios muy altos rodeados de otros rascacielos monstruosos, contrastan con la destrucción y la pesadilla de arena y viento que la asolan. Los paisajes desérticos son tan evocadores como descorazonadores, y los efectos de iluminación y las tormentas de arena, cuidadosamente predefinidas, permiten que podamos comprobar los efectos de tan devastadora catástrofe natural. Por su parte, los personajes cuentan con buenos modelados y texturas de calidad que dejan muestras evidentes de su paulatina degradación en la ropa y en sus rostros.

2K Games lanza Spec Ops: The Line en nuestro país con voces y textos en castellano. La calidad del doblaje es bastante alta, con voces reconocibles y perfectamente encajadas con los personajes. El juego cuenta con una banda sonora que acierta en la misma medida que sus composiciones vocales. Incluso existe una particular emisora de radio, cuyo narrador se dirige directamente al trío protagonista. Mientras, en otras ocasiones, se reproducen temas como Hush de Deep Puple en secuencias de acción, lo que aumenta el nivel emoción en el jugador. En determinados momentos el audio cobra una importancia vital en el juego, ya que el sonido del viento golpeando con las partículas de arena que transporta a más de cien kilómetros por hora con una violencia extrema es realmente aterrador.

 

Conclusiones

Hay un par de cosas que no se le pueden negar a Spec Ops: The Line. La primera es su carácter transgresor en ciertos aspectos, como primar la campaña y el ritmo narrativo por encima de los modos multijugador. La segunda se refiere al espléndido trabajo y los resultados que ofrece la combinación del guion, el diseño de niveles y la dirección artística, algo que convierte la campaña en una experiencia que ningún jugador debería dejar pasar.

La fascinante historia que se esconde tras la misteriosa desaparición del coronel John Konrad ofrece muchas y muy variadas sensaciones. Todo lo contrario de lo que aporta un modo multijugador que convence sin levantar pasiones. También se echa en falta un modo cooperativo, aunque el estudio de desarrollo tiene la intención de arreglarlo mediante una actualización de contenido. Para finalizar, hay que apuntar que el juego llega a nuestro país a un precio algo reducido con respecto a las novedades de estas proporciones para PlayStation 3 y Xbox 360. Spec Ops: The Line cuenta con una calificacion PEGI 18, exclusivo para adultos.

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