Toros

Ponce, Perera y el mayoral de Montalvo salen a hombros

El mayoral de Montalvo, Miguel Ángel Perera y Enrique Ponce, a hombros al final del festejo.

El mayoral de Montalvo, Miguel Ángel Perera y Enrique Ponce, a hombros al final del festejo. / a. álvarez / efe

Los matadores de toros Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera salieron ayer a hombros, junto al mayoral de la ganadería de Montalvo, en una tarde sumamente triunfal en la plaza de toros de Palencia, en el primer festejo de la Feria de San Antolín. Entre tanto, Cayetano fue silenciado en su lote.

Con una buena entrada, se lidió un encierro de la ganadería de Montalvo, muy bien presentado y de buen juego; el quinto fue premiado con la vuelta al ruedo.

Tarde triunfal en Palencia, con Cayetano silenciado en la primera de San Antolín

El veterano maestro Enrique Ponce volvió a demostrar ayer en el coso palentino que atraviesa un gran momento. Sucedió en el cuarto toro del festejo, que acabó sacando su buen fondo gracias a los conocimientos y la paciencia del diestro valenciano, que realizó una faena completa por ambos pitones, con muletazos templados. En el epílogo de su trasteo cerró con sus habituales poncinas -muletazos genuflexos- y mató de estocada hasta la bola; por lo que fue premiado con dos orejas.

Enrique Ponce se las vio en primer lugar con un toro de Montalvo incierto. El diestro valenciano, que jugó muy bien los brazos en los lances de recibo, planteó su labor entre las dos rayas y mató de tres pinchazos y dos descabellos.

El otro triunfador del festejo fue Miguel Ángel Perera, que paseó tres orejas de su lote. Dos de ellas las obtuvo del quinto, un toro bien hecho y bravo que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Perera, con esa resolución y firmeza que le caracterizan y su enorme valor, ligó muletazos en un palmo de terreno. Cerró con unas luquecinas y mató de estocada certera al volapié para ser premiado con dos trofeos.

Ante su primer oponente, el segundo toro de la tarde, Perera anduvo con una firmeza pasmosa. Se lució a la verónica a pies juntos. Y con la franela logró grandes pasajes, especialmente dos series al natural. El extremeño fue premiado con un merecido trofeo.

Cayetano realizó una labor sin calado ante el tercero y tampoco estuvo acertado con la espada, siendo silenciado su trasteo.

Ante el que cerró plaza, Cayetano se entregó en una faena de raza, que rubricó con una buena estocada, pero el puntillero levantó al animal dos veces. Se solicitó una oreja pero, paradójicamente, fue silenciado después de que el presidente no concediese el premio solicitado.

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