Toros

Puerta grande para Padilla en su adiós

  • Morante de la Puebla, con un mal lote, se entregó en su reaparición en Jerez de la Frontera.

Padilla sale a hombros de la plaza rodeado de aficionados. / MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ

Padilla copó el protagonismo en su última tarde en Jerez en el año de su despedida de los ruedos, mientras que Morante tuvo un mal lote y Manzanares le cortó una oreja al que cerraba plaza.

Una corrida de toros que tuvo muy poquito dentro, salvo los astados de lote de Padilla que fueron los que ofrecieron mejor juego. El Ciclón vivió una tarde para recordar sonando varias veces el pasodoble que le compuso Domingo Díaz, el director de la banda "Acordes de Jerez".

Sonó en el paseíllo con al ovación de recibo a Padilla, que fue a la losetilla a recoger la gran ovación del público. Brindó su primer toro al público y el segundo a sus padres, que ocupaban una barrera, y sumó dos faenas de entrega, ávido de rubricar su paso por este ruedo con un triunfo.

Su primero, con ser bueno y humillar, también la pegó al torero sus dos serios arreones, molestia a la que se sumó el aire. El matador, que sumó dos grandes tercios de banderillas en este fin de carrera en Jerez, estuvo muy en profesional parando y recogiendo al toro. Se encontró con un gran toro y un mal viento. Con la derecha gobernaba la situación, en una primera serie para dominar y una segunda tirando muy bien de un toro a más.

Padilla sale a hombros. Padilla sale a hombros.

Padilla sale a hombros. / Joaquín Arjona

Con la zurda en contraquerencia, muy molesto Padilla con el aire, se alternaban los naturales, ayudándose cuando el aire hacía flamear la muleta, cerrando faena con los largos circulares, los obligados hilvanados, para terminar certero y abrir marcador.

Morante también padeció las rachas de aire en su primero. Venía el torero con patillas al estilo de Manuel Domínguez, Regatero o Sevillita y un vestido con el bordado como el del capote de Manolo Vázquez, el que vistió aquel torerazo en su reaparición en 1981, el propio Morante el Domingo de Resurrección de 2017 y el nieto de Manolo Vázquez para debutar de luces.

Esta cuidada puesta en escena se la cargó el aire y el toro, que era de mármol de Macael, parado y sin chispa. Eso sí, dejó el torero algún lance y sobre todo unos torerísimos ayudados iniciales que causaron sensación.

El tercero, para Manzanares, fue toro descastado, soso y sin fuerzas que fue protestado. Al de Alicante también le sopló el aire y sus voluntariosos afanes no tuvieron más trascendencia.

Otra vez salió Padilla en el cuarto a darlo todo con dos largas de rodillas en el tercio, quitado por tafalleras y citando al toro para la muleta muy de largo, de rodillas en la boca de riego para ligar una serie de hinojos que caló en el público.

Morante, en una de sus faenas. Morante, en una de sus faenas.

Morante, en una de sus faenas. / Joaquín Arjona

Fue astado con profunda embestida para la mano derecha, y con menos entrega por la zurda, un toro de lío que le permitió circulares de extensísimo recorrido hasta que se rajó defendiéndose con una colada que el torero salvó con dos molinetes y el desplante. El público correspondió a Padilla con el doble trofeo.

Morante tuvo un quinto parado y sin raza pero con el que el torero quiso mucho con el contento morantista, perseverante y superando su descontento. Lo que se dice ponerlo todo hasta el punto de atacar al máximo para sacar una serie por la derecha que supo a gloria a la parroquia Morantisa, lástima de la espada.

El sexto, que bajaba la presentación, tenía una embestida desordenada con la que fue acoplándose Manzanares, de nuevo profesional y con voluntad. Pudo convencer al público planchando la muleta y se fue haciendo con la embestida con la franela tersa y firmando con la mejor estocada de la tarde, méritos que hicieron flamear los pañuelos.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Jerez. Ganadería: Seis toros de Juan Pedro Domecq, correctos de presencia, bajando los dos últimos. En conjunto una corrida floja y baja de raza que tuvo como mejores toros primero y el ovacionado aunque rajado cuarto, mientras que fueron pitados segundo y tercero. Matadores: Juan José Padilla que se despedía vestido de cazuela y oro, estocada (oreja) y media tendida y estocada (dos orejas). Salió a hombros Morante de la Puebla que reaparecía de catafalco y oro, dos pinchazos y estocada desprendida (palmas) y dos pinchazos y casi entera traserilla (saludos) Manzanares de azul soraya y azabache, pinchazo hondo y descabello (silencio) y buena estocada (oreja). Incidencias: Cartel de No hay billetes. Antes de la lidia recibió Padilla en el ruedo un reconocimiento de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela Taurina Municipal de Jerez

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