Sexta de abono

Gran dimensión de Ferrera en una exigente 'victorinada'Gran dimensión de Ferrera en una exigente 'victorinada'

  • El pacense corta una oreja y el murciano Paco Ureña, en una actuación muy firme, consigue otra.

  • El sevillano Manuel Escribano, de vacío tras fallar con los aceros.

El torero Antonio Ferrera

El torero Antonio Ferrera / EFE

Dice Victorino Martín Andrés que a este espectáculo de los toros no se debe venir a comer pipas. Y es que el toro, cuando sale encastado, independientemente de su juego, trae consigo la emoción. Por eso, lo que hacían ayer en el ruedo los toreros tenía suma importancia y trascendía con facilidad a los tendidos, independientemente del juego de cada uno de ellos. Unos victorinos muy lejos de la mayoría de astados aborregados que han saltado en esta Feria de Abril. De hecho, el espectáculo duró tres horas y no pesó lo más mínimo al personal, que prácticamente llenó la Maestranza en una tarde, por fin, sin lluvia.

El público vivió con suma atención todo lo sucedido en el ruedo porque los toros aportaban seriedad en sus embestidas.

Ferrera dio una gran dimensión lidiadora durante toda la tarde, cuajó buenos pares de banderillas, como uno cambiando y entrando por los adentros al segundo y un par al tercero de poder a poder, al invitarle a compartir tercio Escribano.

Ante el cuarto, un toro que derribó en varas y sacó su punto de genio, Ferrera aguantó un chaparrón de tarascadas hasta imponerse al astado en un trasteo muy largo -escuchó un aviso antes de entrar a matar-, en el que consiguió sacar una tanda por cada pitón que fueron ovacionadas fuertemente. Pura lidia, en la que la inteligencia del torero ganó por puntos a la fiereza. Mató de una estocada resolutiva para cobrar un trofeo muy merecido tras petición de la segunda oreja.

Con el que abrió plaza, bravo en el caballo, pero que midió en la muleta, Ferrera estuvo a la altura en una labor cumplidora. Espectacular derribo al piquero José María González.

Magnífico homenaje a Montoliú por parte de su hijo, que banderilleó junto a Antonio Ferrera

Paco Ureña consiguió una merecida oreja del tercero, un ejemplar gazapón, ágil de cuello, que se quedaba muy corto y ante el que se mostró muy entregado, manejando bien las telas, brillando en unos lances a la verónica, abrochados con una media a pies juntos. Con la muleta, buscó la pureza.Ante el reservón, incierto y mirón sexto, de generosas perchas, muy astifino, se la jugó sin trampa ni cartón, siendo cogido en un muletazo, sin consecuencias graves. El toro, cinqueño, imponía una barbaridad por su gran seriedad.

Manuel Escribano, que retornaba tras la gravísima cornada sufrida en junio de 2016 en Alicante, tuvo un lote muy desigual. Con el segundo, que resultó una alimaña, poco pudo hacer; salvo demostrar sus agallas al recibirlo de rodillas y a portagayola con una larga cambiada en la que esperó una eternidad. Con el gran quinto, que hacía surcos persiguiendo la muleta, Escribano concretó una faena desigual, en la que consiguió los mejores muletazos al natural. El público estaba con él, pero no rubricó adecuadamente la faena y fue ovacionado.

En el festejo se vivieron sensaciones muy fuertes, especialmente en el cuarto, cuando Ferrera invitó a su banderillero José Manuel Montoliú a poner un par de banderillas, del que salió trastabillado, tras prender los palos a cambio de un pitonazo en el muslo. Tras un buen par al cambio de Ferrera, ambos brindaron al cielo ese segundo tercio, en homenaje al gran maestro Manolo Montoliú, padre de José Manuel, corneado mortalmente el 1 de mayo de 1992 en la Maestranza sevillana. La imagen, estremedora...

Ficha del festejo:

Ganadería: Corrida de Victorino Martín, en conjunto bien presentada y de desiguales hechuras. En el tipo de Saltillo. En comportamiento, encastada, exigente y variada en su juego; destacando para la muleta un gran quinto, 'Mudéjar', que humillaba tras la tela. Todos los toros vendieron caras sus vidas y llegaron a la suerte suprema con la boca cerrada.

Toreros: Antonio Ferrera, de azul y oro. Metisaca y estocada baja (saludos tras ovación). Estocada (oreja). Manuel Escribano, de nazareno y oro. Metisaca, metisaca, estocada y tres descabellos (silencio). Casi entera y tres descabellos (saludos tras ovación con aviso). Paco Ureña, de caña y oro. Entera (oreja). Tres pinchazos, pinchazo hondo y cuatro descabellos (silencio).

Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Sábado 29 de abril de 2017. Casi lleno. Ferrera invitó a banderillear en el cuarto a José Manuel Montoliu, saludando montera en mano, como homenaje al gran Manolo Montoliú a quien un toro mató en este ruedo, triste efeméride de la que se cumplen 25 años el 1 de mayo. El paseíllo fue amenizado con la interpretación del pasodoble 'Manolete', en lugar del clásico 'Plaza de la Maestranza', eh homenaje al maestro cordobés por celebrarse este año el centenario de su nacimiento. Manuel Escribano fue obligado a saludar montera en mano, invitando a sus dos compañeros la ovación del público. Viento.

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