Toros

Fandiño y Mora, puerta grande en 'las rebajas de julio' de Pamplona

  • Ambos diestros salen a hombros en lo que resultó un colofón triunfalista · Tejela, de vacío · Corrida de El Pilar, de desiguales hechuras y marcada por la nobleza

GANADERÍA: Corrida de El Pilar, de desiguales hechuras y marcada en su juego por la nobleza. El segundo y el sexto, con el hierro de Moisés Fraile (misma casa ganadera). TOREROS: Matías Tejela, de sangre de toro y oro. Entera caída (silencio). En el cuarto, dos pinchazos y estocada baja (silencio). Iván Fandiño, de champán y oro. Estocada (oreja). En el quinto, estocada muy tendida (oreja). David Mora, de azul y oro. Estocada (oreja). En el sexto, pinchazo, estocada y descabello (oreja tras aviso). Incidencias: Plaza de toros de Pamplona. Martes 10 de julio de 2012. Lleno de No hay billetes. Fandiño y Mora salieron en hombros.

Buena corrida de El Pilar -segundo y sexto con el hierro de Moisés Fraile (misma casa ganadera)-, que destiló suma nobleza y no fue aprovechada por Matías Teleja, Iván Fandiño y David Mora. Una función en la que el coso pamplonés se convirtió en un tenderete con las rebajas de julio -generosidad del público y de la presidencia en la concesión de trofeos-, con un colofón triunfalista de los dos últimos espadas citados por la puerta grande. Como mínimo, sobraron las dos primeras orejas concedidas a los premiados.

Matías Tejela contó con un primer toro alto, largo y que resultó noblón, al que únicamente tuvo oportunidad de instrumentar un par de tandas con la diestra, ya que el astado se lastimó la mano derecha. Con el cataño cuarto, otro astado marcado por la nobleza, la labor del alcalaíno resultó sin interés y mal rematada con la espada; destacando únicamente en un serie con la derecha.

Iván Fandiño, voluntarioso ante el noblote segundo, al que le faltó poder y transmisión, comenzó su faena sin probaturas, con la zurda. Con la diestra estuvo entonado. Cerró con unas bernadinas, que llegaron mucho al público que solicitó un trofeo, premio excesivo.

Con el quinto, un colorao de gran volumen, el vasco dio una dimensión mejor. Comenzó su faena en los medios, con un muletazo por la espalda en el que aguantó mucho. Lo más meritorio lo consiguió con la derecha, con pases templados. Epílogo de manoletinas de cara a la galería. Y estocada muy tendida, para una oreja que en esta ocasión sí estaba justificada.

David Mora estuvo por debajo del noble tercero, que embestía con celo. No llegó a acoplarse en una labor larga, en la que no asentó las zapatillas. En el tercio de varas, el toro lanzó por los aires, de latiguillo, al picador Mario Herrero, al que pisoteó su cabalgadura; afortunadamente, sin mayores consecuencias. Sin rigor en la valoración, le concedieron una oreja. El madrileño elevó su nivel ante el burraco, manso y noble sexto. Comenzó la faena con muletazos por bajo. En las primeras tandas toreó de manera desceñida, para más tarde centrarse. Pese a un pinchazo, una estocada y un descabello, el presidente concedió otro trofeo para que acompañara a su compañero Fandiño en la puerta grande. Sin duda, dos salidas a hombros sin un mínimo de rigor para Pamplona.

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