Toros

Enrique Ponce, que cuaja una gran actuación, corta cuatro orejas y Ginés Marín, dos trofeos

  • El Fandi, que falló con los aceros, fue ovacionado en la segunda de la Feria del Mar de Almería

Enrique Ponce cuajó una actuación completísima en Almería, donde cortó cuatro orejas. Tras la misma, pedió permiso a la autoridad para partir raudo hacia Bilbao, donde torea hoy. Fue despedido con una formidable ovación y, por tanto, no salió a hombros. En esta segunda de la Feria de la Virgen del Mar, con tres cuartos de entrada, se lidiaron cuatro toros de Juan Pedro Domecq, uno (tercero) de Parladé y otro (quinto bis) de El Torreón, jugado como sobrero tras devolverse el titular de Juan Pedro por flojo. Enrique Ponce, dos orejas y dos orejas con petición de rabo tras aviso; El Fandi, saludos y saludos tras aviso; y Ginés Marín, oreja y oreja. Tras pedir permiso a la autoridad, Ponce se marchó de la plaza a la muerte del cuarto para poner rumbo a Bilbao. Antes del paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño.

Enrique Ponce comenzó de manera contundente con una faena estética a un toro bien hecho y muy noble, con calidad al que cuajó de principio a fin, con muletazos suaves por ambos pitones, con remates de calidad como algunos molinetes y adornos. Mató de media estocada, el astado rodó de manera fulminante y el diestro fue premiado con dos orejas. Ponce remató su gran tarde con otras dos orejas en otra importante faena al cuarto, otro toro noble y manejable. Con su capacidad técnica, fue sacando el buen fondo del toro en una obra que cerró con poncinas. Mató de estocada y el público pidió con fuerza el rabo, que finalmente no fue concedido.

El Fandi recibió con dos largas cambiadas al segundo. En banderillas dio un auténtico espectáculo y se entregó en una faena que caló en el público. Erró con la espada y la recompensa quedó en una ovación. El quinto fue devuelto en banderillas por su flojedad y sustituido por un sobrero de El Torreón sin entrega. El Fandi destacó nuevamente con los palos y realizó una faena a media altura para ser ovacionado.

Ginés Marín cortó una oreja a cada uno de sus toros. El tercero, de Parladé, acusó un par de costaladas de salida. Ginés Marín realizó una faena desigual, con pinceladas de torería, que cerró con manoletinas y una contundente estocada para ser premiado con una oreja. Ginés Marín, ante el sexto, flojo y descastado, realizó una faena voluntariosa, que cerró con un arrimón y estocada para ser premiado con una oreja.

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