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Salud

Francis Hallé: "El dosel tropical es una reserva medicinal sin explorar"

  • El botánico francés asegura que en las copas de los árboles selváticos se encuentra una inagotable reserva de moléculas activas con propiedades antibióticas y antibacterianas

El dosel de los bosques tropicales, como se denomina el manto formado por las copas de los majestuosos árboles selváticos, constituye una reserva medicinal "enorme e inexplorada", ha asegurado a EFE el botánico francés Francis Hallé, pionero en la investigación de esta recóndita zona forestal.

Fue allá en los años setenta cuando Hallé (Seine-Port, 1938), profesor de botánica de la Universidad de Montepellier (Francia), se adentró en el hasta entonces inaccesible dosel tropical para estudiar este universo de hojas y ramas situado a más de cuarenta metros de altura.

Francis Hallé ha encontrado allí una enorme biodiversidad, cinco veces mayor que en el sotobosque, pero también una inagotable reserva de moléculas activas que podrían ser útiles para la farmacia y la medicina pero que, "inexplicablemente", ninguna industria se ha interesado en explotar.

"En el dosel tropical existe una fuente medicinal enorme, aunque hasta ahora las compañías farmacéuticas no se ha interesado por él", explica este científico francés, que sostiene que estas moléculas, con propiedades antibióticas y antibacterianas, podrían ayudar a tratar muchas enfermedades que hoy no tienen cura.

Hallé ya sabía, antes de encaramarse a las copas de los árboles, de la importancia medicinal de estos ecosistemas, para ello le bastó observar la actividad de los chamanes y de los animales del hábitat tropical.

"En los documentales sobre el Amazonas vemos que las hormigas transportan trozos de hojas. Estas hojas las podrían obtener a un metro de altura, pero prefieren ir arriba del todo a cogerlas, porque no son las mismas", señala.

"De la misma manera -añade-, los simios, cuando están enfermos, saben qué plantas pueden coger. Si no están muy malos, las cogen de abajo, pero si lo están mucho trepan hasta arriba del todo".

Hallé advierte de que la industria farmacéutica necesitará un día estas moléculas, aunque para entonces "ya será demasiado tarde", ya que, de continuar el actual ritmo de deforestación de los bosques tropicales, éstos habrán desaparecido en un plazo de unos diez o veinte años.

"Cada minuto se destruyen veinte hectáreas de selva primaria en todo el mundo", comenta el investigador, que remarca que la situación es especialmente dramática en toda la selva del Amazonas.

"Si hubiera una voluntad política muy fuerte para detener esta deforestación, creo que ya sería demasiado tarde. Hace cuarenta años que estamos advirtiendo del problema, pero no se ha escuchado a los científicos. La situación ha adoptado un rumbo terrible", subraya Hallé.

En opinión de este botánico, la industria farmacéutica es la única que, por su poder económico, puede detener la destrucción de los bosques tropicales, aunque para ello es necesario que el sector centre su interés en la "gran reserva bioquímica" que albergan los doseles.

Hasta entonces, Hallé seguirá luchando para preservar las agónicas selvas tropicales y explorando la riqueza de las copas de los árboles en la llamada "balsa de las copas", un ingenioso artilugio volante ideado por él mismo para estudiar estos ecosistemas.

Este aparato consiste en una estructura hinchable de unos 600 metros cuadrados de superficie, con una red en su interior, que pende de un dirigible y que permite a los científicos posarse suavemente en lo más alto de los árboles y caminar sobre el verde manto que forman el denso entramado de hojas y ramas.

La "balsa de las copas" se depositó por primera vez en la selva de la Guayana francesa en 1986. Desde entonces, ha realizado cientos de vuelos con zoólogos, botánicos, bioquímicos, bacteriólogos y genetistas, entre otros científicos a bordo.

Y es que, según apunta Hallé, "son muchas las personas que quieren trabajar allí" en lo alto y vivir la "experiencia inolvidable" que supone poder caminar sobre las frondosas copas de unos árboles que constituyen el techo de la selva tropical.

Francis Hallé ofreció la pasada semana una conferencia en Barcelona, en el museo Cosmocaixa, con motivo del Día Mundial de la Biodiversidad.

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