Hace un mes y medio aproximadamente, cuando Manuel Jiménez se podía permitir el lujo de refrescar a su equipo en cada partido con cinco hombres que no habían jugado el anterior y sin que mediara lesión de los que salían del once titular, este Sevilla-Barcelona inquietante que se anuncia pasado mañana en Nervión podía tener mucha más literatura de la que ahora esconde. Entonces se hablaba -con ligereza o no pero se hablaba- de alternativa a la Liga, de mimbres para romper esa dualidad en los que mandan, con lo que un partido así, una eliminatoria de octavos de final de Copa con un 1-2 en el Camp Nou convertía el choque entre los de Jiménez y los de Guardiola en una bomba.

Pero ahora no. Ahora el Sevilla le teme como una vara verde a esa cita que en otras circunstancias debiera de crear tanta ilusión como la nieve que caía en la mañana de ayer en muchos puntos de Sevilla. Pensándolo bien, no habría por qué esconderse ante el partido más atractivo de la temporada y hasta el momento el más importante, pero al equipo de Jiménez le llega en el peor momento, por lo que ese 0-2 que necesitarían los Messi, Xavi, Iniesta, Daniel Alves... se ve mucho más cerca por parte de la afición tal y como están las cosas por el Sánchez-Pizjuán. Y es que era un partido para disfrutar, para los buenos aficionados al fútbol, si no fuera porque...

1 El rival es el Barcelona, el mejor equipo jamás conocido

Seis títulos en 2009; el mejor equipo del año para la IFFHS que el sevillismo tanto recuerda; el mejor entrenador del mundo en su banquillo según este organismo también; el futbolista que ostenta el mayor galardón individual del globo, el FIFA World Player, en sus filas; cinco integrantes de su equipo en el once ideal del año según la FIFA; la mejor puntuación a estas alturas de la Liga en la historia del club azulgrana... enumerar los argumentos con los que el sevillismo debería perder el sueño a la hora de afrontar la defensa de ese 1-2 es un ejercicio inacabable.

2 Jiménez sufre su racha más negativa y los nervios afloran

Tres derrotas consecutivas en la Liga han hecho que el Sevilla se despegue peligrosamente, no ya de los dos colosos en cabeza, sino también del Valencia y que haya sido alcanzado por Deportivo y Mallorca. Las dudas sobre Jiménez se multiplican en cada esquina y los nervios empiezan a estar a flor de piel. Algún mensaje se han mandado entrenador y presidente sobre la necesidad de fichar y la imposibilidad de hacerlo y un nuevo traspié puede convertir el Ramón Sánchez-Pizjuán en una caldera contra el arahalense ahora que el equipo ha salido de los puestos de Champions. Y es que hay que recordar que en el aire siempre revoloteó la opinión del aficionado medio de que el Sevilla dispone de suficiente plantilla no sólo como para estar más arriba, sino para ganar títulos, divertir y practicar mejor fútbol.

3 El partido lo juega el Sevilla en casa, con lo que ello significa

Los dos últimos paseos de la afición sevillista por Nervión se han saldado con chascos que superaron los anteriores. Si ya se fue frustrada con los empates con Espanyol, Málaga, Valladolid y Stuttgart -éste en la Champions-, las derrotas ante el Getafe y Racing han puesto ya definitivamente en pie de guerra al hincha que debiera alentar a los suyos ante el gran Barça de Guardiola. La última victoria de los de Jiménez en casa se produjo ante el Rangers (1-0), el colista del grupo de Champions, si bien hay que recordar que el Real Madrid salió derrotado del Sánchez-Pizjuán, aunque eran otros tiempos, estaban todas las estrellas y se rotaban para tener la frescura necesaria.

4 La lista de ausencias y de tocados es interminable

Muy pocos futbolistas, a día de hoy, tiene Jiménez en plenitud de forma como para poder asegurar que tienen un sitio fijo en el once ante el Barcelona. Palop, Dragutinovic y poco más. La racha de lesiones y ausencias en general es larga y la de futbolistas tocados o, simplemente, fuera de forma es desoladora. Con Zokora y Kanoute, en la Copa de África, no se contaba de antemano, pero hay muchísimos más y la mayoría son jugadores clave en el esquema que tantos partidos ganó en el inicio de temporada. Luis Fabiano está aún lejos de poder reaparecer, lo que podría forzar si acaso ante el Barça pero en la Liga o con el Almería; Squillaci está descartado; Fazio y Acosta por supuesto; Jesús Navas y Perotti están entre algodones; Konko, Lolo y Fernando Navarro tienen golpes; Adriano está cargado al haber tenido que forzar su reaparición...

5 El cansancio, tanto físico como psíquico, es evidente

La plantilla ha llegado muy tocada físicamente al mes de enero y lo pone de manifiesto en cada encuentro que disputa. Se personaliza esta sensación en futbolistas como Perotti, al que no se le ve con la misma frescura de comienzos de temporada o cuando empezó a llamar la atención de los grandes y llegó a debutar con la selección argentina. Romaric, un hombre que ha pasado de no contar para nada a tener que ser un fijo por falta de efectivos, es un jugador que viene a durar apenas una hora en el campo, pues cuando a su calidad se le acaba el fuelle él y el equipo lo notan. Renato, una pieza clave tanto en el medio como por su llegada, es un futbolista al que hay que cuidar continuamente porque no puede hacer dos esfuerzos importantes -jugar dos partidos completos- en el breve espacio de tres días.

Así, enumerando casi todos los puestos, tenemos que un equipo que sorprendió por su frescura, velocidad y el empuje de Zokora en el tramo inicial del curso se ha quedado clavado. Las bajas, además, impiden a Jiménez seguir el método de las rotaciones que tan buen resultado le dio no hace mucho. A ello hay que unir el cansancio psíquico, agravado además por el duro golpe que ha supuesto la baja de Sergio Sánchez y las causas que la han motivado. En este aspecto, en el mental, puede decirse que el que mejor lo personaliza es Negredo, un ciclón al inicio de Liga y ahora peleado con el gol y con el balón.

6 Las sensaciones en general no son positivas, pero...

La unión de los cinco puntos anteriores pueden resumirse en unas sensaciones muy poco positivas. Es evidente que el Sevilla está en el peor momento de la temporada, pero así dio el campanazo en el Camp Nou y quién sabe si podrá aguantar a todo lo que el Barça apriete, que apretará... y mucho.