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El oficio y demás intangibles

  • De salida, el Sevilla negó espacio entre líneas, se guareció bien e inyectó la tensión adecuada para terminar de convencer al rival de que no era su batalla

Noticia: el Sevilla de Antonio Álvarez por fin recuperó esa virtud que no por intangible es menos capital, el oficio. Manejar los tiempos del partido, negar de salida los espacios al rival y hacerle ver que de concesiones, las mínimas. El Atlético poco se jugaba ayer, e incluso se propaló antes del partido la conveniencia de la derrota en Nervión porque el billete para la Champions de los blancos equivale al billete europeo para los colchoneros, aun perdiendo en la final de Copa. Y los sevillistas salieron prestos a terminar de convencer a su rival de que, efectivamente, su batalla no era la de ayer. Que debían reservar fuerzas para luchas más de verdad. El juego no fue vistoso, las fuerzas no sobran. Pero ayer hubo un equipo canchero, que dirían los argentinos.

Defensa

Sorprendió el arrojo de Antonio Álvarez, al encomendar a Konko el lateral derecho con Fazio a su izquierda, ya en el corazón de la zaga. El francés y el argentino están faltos de minutos de competición y el riesgo, por ello, era evidente. Pero ambos son defensas de verdad, han jugado juntos y salieron con la concentración adecuada.

La defensa sevillista trató de anticiparse, de apretar para evitar que Agüero, Jurado o Reyes maniobraran entre líneas, combinaran o se giraran en busca de la acción individual. Los tres tienen regate y tardan en armar la pierna lo mismo que en pestañear. En este sentido, el trabajo colectivo fue correcto. Incluso cuando se lesionó Fernando Navarro y Adriano tuvo que bajar al lateral izquierdo, el sistema de contención actuó con intensidad y coordinación.

Se podría argumentar que la tensión de los atléticos debía ser tibia, pero en los primeros minutos no lo fue tanto. Agüero, Tiago o Salvio se emplearon sin remilgos. Pero fue el oficio de los blancos -buen repliegue, negar espacios entre líneas, no rehuir el choque- el que aplacó a los atacantes rojiblancos, que en la segunda parte bajaron definitivamente los brazos.

A diferencia de partidos anteriores, el dúo Luis Fabiano-Negredo echó una mano atrás. Se escalonaron para trabajar sin la pelota y juntar al equipo. Será fundamental para partidos más exigentes, como el de Santander, ante el Barcelona o la final copera. Aunque entonces debe estar Kanoute, el mejor pegamento de este Sevilla.

Ataque

Los goles llegaron más por la impericia de los atléticos en la marca o en el corte que por acciones trenzadas o recursos individuales. Se encontró el Sevilla con un fallo en el despeje de un saque de esquina y dos penaltis, y con el partido de cara todo fue más fácil. Pero no hubo fluidez en la transición defensa-ataque, Luis Fabiano se lesionó en el segundo penalti y Negredo volvió a dar un curso de cómo no debe moverse un delantero para ponerse de remate.

Virtudes

El referido oficio, para darle al partido lo que pedía en todo momento. Konko y Fazio sumaron atrás. Si lo repiten, el éxito estará más cerca. Y vuelve Jesús Navas...

Talón de aquiles

Ataque poco fluido.

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