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El gol es joven

  • Bryan Rabello y Álex Rubio, con 18 años ambos, viven una de sus mejores experiencias y cargan de sueños su futuro. El chileno estará a caballo entre el primer equipo y el filial, que será el nuevo paso del isleño.

El juvenil gaditano representa la referencia exponencial de la cantera propia, con ese título en la Copa de Campeones conquistada por los blancos en Lepe y los 23 goles acumulados en la liga regular. El chileno, el talento escondido y cazado por el equipo de Monchi. Con apenas 5 partidos (un gol) en el primer equipo de Colo Colo, el interés del Sevilla bastó para que el City se fijara en él y que la selección chilena absoluta también lo reclamara, aunque aún no ha debutado.

"Va a ir dependiendo del míster y de cómo me vea ir progresando. Si me ve bien, estaré ayudando al primer equipo, y si no, encantado de jugar en el filial", dice Rabello, que respeta a jugadores como Negredo. "Para mí es un honor aprender de un campeón de la Eurocopa".

Pero en los primeros días de entrenamiento, el chileno está marcando una características que sorprenden. Tiene chispa, nervio y no parece acusar el salto a un fútbol más rápido: "Tienes mucho menos tiempo para pensar y se va más fuerte, pero me adapté bien. Soy un jugador muy rápido comparado con el fútbol chileno, pero lo noto. Aquí te giras y ya tienes un defensa encima".

Álex Rubio nota el cambio en el momento en que ha dado dos saltos en uno, es decir, del juvenil al equipo profesional. "La intensidad es muchísima y hay una gran tensión en los entrenamientos. En los del juvenil te podías relajar. Aquí la gente se juega mucho. Cuando recibo un balón de espaldas, todavía no he controlado y ya noto el contacto de un defensa encima. Antes no, pero intento hacer mi juego, hago la misma presión en el campo y noto que Míchel está muy encima. Me corrige y me felicita cuando lo hago bien", dice el isleño. Se refiere el espigado punta al gran esfuerzo físico que despliega en el campo, con una gran presión en las bandas, a los centrales, al portero... una de las características de su juego. Bromea con eso. "Siempre presiono a los defensas y si hay que correr por el de al lado, se corre. Mis compañeros en el División de Honor decían que jugábamos con tres delanteros, Jairo Morillas, yo y otro más", dice refiriéndose al gran esfuerzo que hace en cada partido.

En el caso de Rubio, tiene claro que va a jugar en el Sevilla Atlético de Tejada. Es su siguiente paso, pero sueña con cualquier cosa después de haber visto debutar a Hiroshi en un derbi y, sobre todo, si el club no trae a otro delantero. "Para mí ya es un premio estar aquí y tengo metido en la cabeza el Sevilla Atlético este año, dar el máximo y trabajar. En el equipo están Negredo y Babá como nueves y yo me conformo con que Míchel me conozca y vea que progreso. Así, todo llegará".

También sabe Rubio que en la primera plantilla hay jugadores que pueden actuar de delanteros como Manu del Moral, Reyes, el propio Rabello... Sobre el chileno, destaca su movilidad. "Yo lo veo muy eléctrico, como Jesús Navas (de hecho, Míchel lo está probando en su puesto). Tiene mucha velocidad y calidad". Su compañero de experiencia en un grupo de profesionales también destaca el nivel de Rubio, a quien augura un gran futuro: "Es un gran jugador, tiene un buen juego aéreo y gran visión. Hace jugar mucho a los compañeros, se sacrifica para el equipo y trata bien el balón".

Rabello relata el movido fin de temporada que ha tenido en Chile con los rumores sobre su futuro, pero dice que siempre lo tuvo claro. "Han venido otros clubes, pero siempre quise venir al fútbol español porque creo que es el que mejor le va a mi juego. Yo me mantuve al margen de todo, pero la verdad es que me pasó de todo este año, marqué muchos goles en las inferiores de Colo Colo, no me acuerdo cuántos, luego debutar, venir acá a Europa, también la llamada de la selección... Ahora mi reto es estar aquí, dar lo máximo en el club, en los entrenos, en el filial... y ser considerado por el entrenador del primer equipo y mejorar".

Su compañero también tuvo un final de campaña intenso, con el triunfo del Sevilla de Diego Martínez (ahora en el cuerpo técnico de Míchel) y la derrota con el Valencia en la Copa del Rey. "Me salió bastante bien, pero me faltó el gol y por eso estaba un poco mosqueado conmigo mismo", recuerda Rubio, quien ya jugó algún amistoso con Marcelino y que destaca que la cantera, "como hace tres años cuando los juveniles ganaron la Copa del Rey", casi nunca falla a la cita con los aficionados y cada temporada ofrece un nivel altísimo en el Sevilla.

No hay que dejarse llevar por la impaciencia y esperar que Rabello y Rubio le saquen las castañas del fuego a Míchel, pero sí pensar que en el fútbol las cosas van muy rápido y cuando se tiene 18 años, todavía más.

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