Hay partidos en los que un solo jugador es capaz de hacer retroceder a un equipo. Diego Costa no es la primera vez que lo hace en el Sánchez-Pizjuán, pero ayer fue claramente el jugador que metió por lo menos treinta metros más atrás a la defensa del Sevilla. Justo donde la presión a la salida del balón de los de Montella sí iba a hacer efecto frente a los minutos iniciales, esa fase del encuentro en la que el Sevilla logró encerrar al Atlético en su área a base de tocar rápido a uno o dos toques, pero desde una línea defensiva instalada casi en el centro del campo.

Ésa fue una de las dos llaves que le abrieron a Simeone la puerta de la goleada. La otra fue una acertada elección de los hombres del centro del campo, cuatro guerreros de los pasillos interiores y sin extremos para ahogar -y provocar el fallo- a la pareja formada por N'Zonzi y Banega, así como la ayuda de Franco Vázquez. Sin duda, los tres forman un triángulo de gran calidad, pero sin nada que hacer en una pelea física, de segundas jugadas, de duelos individuales y balones divididos, además después de haber librado hace nada otra batalla de mucho desgaste ante otro rival top en lo físico, el Manchester United.

Defensa

La línea comenzó el partido como quiere Montella, lejos de su área, con Jesús Navas soltándose y manteniendo a Diego Costa más cerca de su campo que otra cosa, pero la pelea del hispano-brasileño iba a ir metiendo poco a poco a los centrales a esa zona peligrosa más cerca de Sergio Rico. Hubo dos jugadas que marcaron la posición de la zaga blanca, la lesión de Jesús Navas y la carrera de Diego Costa con Mercado y Lenglet que acabaría en falta a favor del Sevilla. Igual que hay equipos que, teniendo la posesión, optan por tirar el balón a fuera de banda y presionar el saque, el Atlético logró lo que quería: poder presionar arriba.

Antes, como ha quedado dicho, la línea se movió como Montella pide y marcando la posición del equipo: ante un pase atrás del Atlético, tres pasos adelante; ante un pase en horizontal, mantener la posición; ante una progresión del rival, retroceder.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

Ataque

Koke, Saúl, Gabi y Thomas. Ningún extremo, todos jugadores fuertes para enseñar los colmillos a Banega y N'Zonzi. Junto con Diego Costa y Griezman, el Atlético forma un hexágono de presión del que el Sevilla no sabe salir y ahí muere el equipo de Montella, que ya no puede tener la defensa cerca de la línea del centro del campo como en los primeros quince minutos. El Atlético muestra que es top es esa faceta. 10 goles recibidos en toda la Liga, por 40 del Sevilla. ¡Hay 30 de diferencia!

En esa fase, logra vulnerar la fortaleza del Atlético en los pasillos interiores con juego a uno o dos toques y buscando las alas, donde el Sevilla sí tiene superioridad numérica. Así, llega la mejor ocasión, la de Muriel en un pase de Jesús Navas, pero dura muy poco. Correa tampoco entiende el partido y a Sarabia se le vio muy constreñido a pierna cambiada. Sólo Nolito al final dio frescura.

Virtudes

La puesta en escena inicial.

Talón de aquiles

No tener plan alternativo cuando el Atlético jugó su partido.