Juan Cala es un tío respetado porque por su forma de ser, une al grupo y reúne condiciones que quizá faltaron la pasada campaña: raza, amor propio y sentimiento hacia el escudo que defiende. Criado en la cantera, está luchando por hacerse un hueco en el equipo, pero no va más allá. Por eso le sorprendió que ayer le preguntaran por si le gustaría ser capitán del Sevilla. La respuesta del lebrijano no pudo ser más coherente.

"No siempre el que lleva el brazalete es el que lleva la voz cantante. En la cantera siempre he sido capitán, quizá por mi forma de ser, pero soy muy joven para ser capitán en el Sevilla. Yo intentaré ayudar y decir las cosas bien a los compañeros cuando haga falta, sin dar voces".

El defensa está siendo utilizado por Míchel como lateral derecho a la espera de la llegada de Piris, pero entiende que el entrenador lo conoce bien. "Probar en otras posiciones siempre es mejorar y Míchel me conoce. Él sabe que mi posición es la de central y en qué puesto puedo dar más", recuerda el futbolista, que afirma que nota "la confianza" del entrenador.

Cala aplaudió la medida del club de reforzar la plantilla con Maduro "porque el año pasado sufrimos mucho cuando Medel no estaba" y advierte que pese a que la defensa recibió muchas críticas, había que mirar en realidad a todo el equipo: "Es injusto culpar a la defensa. Fallamos en el sistema defensivo y eso involucra a todo el equipo. Todos los jugadores debemos jugar más en equipo".

Sobre su rendimiento tras llegar de Grecia, reconoció que su inicio no fue bueno. "En los primeros partidos no estuve acertado, salí y no entré en siete u ocho partidos, pero de los cinco últimos los jugué todos. En resumen, de los nueve que jugué, dos fueron malos y siete buenos".