Martes Santo

Y al tercer día hubo luz

  • La ausencia de viento regala un gran Martes con cinco cofradías en las calles y con cirios y candelerías encendidos

  • Destaca el plano musical con las grandes marchas de las cofradías o con la presencia de Rosario

Rendido el Levante y sin noticias de nubarrones, el Martes Santo gaditano resplandeció con cinco cofradías de gran tirón. Algunas por sus imágenes, otras por el peso de los siglos, y otras por el amplio número de hermanos que la componen. Si el Domingo de Ramos vino marcado por el viento, que daba sus últimos aletazos el Lunes Santo, ayer la jornada discurrió con normalidad y sin que ninguna de las procesiones tuviera que variar su itinerario original. Y con los pasos de palio luciendo las candelerías encendidas, lo que da sentido al palio en toda su plenitud.

La primera en iniciar los desfiles procesionales fue Jesús Caído, que desde la iglesia de San Francisco salió estrenando el barnizado de su paso de misterio. Tras la misa habitual, los hermanos formaron en el crucero del templo, donde, tras las diferentes secciones de penitentes, se colocaron representantes de algunas facultades y de la Universidad.

El capataz del misterio, Mauricio García, comentaba antes de iniciar el recorrido que los momentos más complicados "son precisamente la salida de San Francisco y el giro en la recogida ya que hacemos entre Antonio López e Isabel La Católica".

Posteriormente fue la Virgen de los Desamparados, una de las pocas dolorosas que procesiona sin palio en nuestra Semana Mayor, se incorporó al cortejo a las órdenes del capataz Juan José Muñoz. La banda del Maestro Enrique Montero de Chiclana fue la encargada de acompañarla durante su caminar por la capital gaditana.

La calle San Francisco, una especie de carrera oficial por la que pasaron ayer todas las hermandades, presentó como siempre un lleno de sillas plegables para niños y mayores, en una imagen tan repetida como denostada por la dificultad que genera para la contemplación de los cortejos procesionales. Situación que alcanza su lado máximo en la jornada de hoy Miércoles, con las cofradías pasando una detrás de otra por toda esta vía, por San Juan de Dios y por Pelota y también por San José, Mina, Tinte y San Francisco.

El Martes Santo se caracteriza también, en el lado positivo, por su excelente música. La de las marchas propias de las hermandades, con composiciones históricas como Piedad de López Juarranz, Ecce-Homo de Escobar o Lágrimas de Cubiles, y con otras más recientes como Sanidad de García Pulido. En este plano musical, otra gran noticia de ayer fue la presencia de la banda del Rosario detrás del misterio de Columna. Un total de 148 músicos que volvieron a demostrar ayer su categoría también con marchas clásicas del do-re como Cristo del Amor o Misericordia Isleña. Delante de este paso, Salvador Rosa Mascareña cumplía 25 años como capataz. También destacaba en el plano musical el 'estreno' en la Semana Santa de Cádiz de la banda de música de Gerena (Sevilla) tras el paso de palio de la Virgen de las Lágrimas de Piedad, que interpretó la pieza de Juarranz a la salida del misterio y Virgen del Valle, otra gran partitura en este caso de Gómez Zarzuela que siempre suena a la salida del palio.

Por tres veces se escuchó Ecce-Homo, un himno de la Semana Santa gaditana, en la salida de la cofradía de San Pablo. La banda de la Virgen de la Estrella la interpretó a la salida del cortejo, como primera marcha del paso de misterio y también a la salida del palio.

Es delante de este palio, en el cortejo de la cofradía, donde ayer se contempló una de las estampas de la Semana Santa: un veterano hermano de la cofradía que a pesar de su avanzada edad y de los achaques de salud, sigue procesionando cada año con la hermandad, en una auténtica lección al mundo cofrade y al sentido del acompañamiento de unos titulares y del significado de vestir el hábito. Un auténtico curso de formación cofrade que debería ruborizar a algunos y reflexionar a otros.

Casi a esa misma hora, en San Antonio sonó Lágrimas en los primeros andares del palio, interpretando la marcha la Filarmónica de Conil, que siguió demostrando su buen hacer, al igual que ya hiciera en el pregón de Juan Mera o el domingo con Las Penas y el lunes con Patrocinio.

Salía en penúltimo lugar la cofradía de La Piedad en el orden de los desfiles del Martes Santo y sin embargo, como es tradicional, fue la primera en hacer la estación de penitencia en la Catedral gracias a la cercanía de su sede canónica. En la delantera del paso lucía el único estreno de la hermandad este Martes Santo: una imagen de Santa Bárbara, patrona de los artilleros. Piedad no pierde, pues, su carácter militar, como demostró el acompañamiento un año más de una representación del Regimiento de Artillería RACTA-4.

La parroquia de Santa Cruz abría por primera vez sus puertas en esta Semana Santa. El barrio de El Pópulo esperaba la salida de la Cofradía de Sanidad, con una plaza de Fray Félix repleta de público. Antes, y tras la oración pertinente preparatoria de la salida, el pregonero de la Semana Santa 2017, Juan Mera, hermano de la cofradía, que iba a procesionar en la presidencia del paso del Señor, daba la primera levantá. Ya en el empedrado del viejo barrio brillaba la sobriedad del paso de Jesús en su Mayor Dolor, acompañado por la capilla musical Lignum Crucis y portado por la cuadrilla al mando de Gerardo Navarro.

Al paso de misterio le tocaba la marcha Mayor Dolor de María, antes de salir de la Iglesia, la banda que va detrás del palio, Gailín, de Puerto Serrano. Luego, interpretaría Sanidad ya en los primeros compases de este segundo paso, mientras salía del templo; más tarde sonaría la inmortal Amarguras, de Manuel Font de Anta. En las calles de la ciudad estaban ya las cinco hermandades del Martes Santo y Cádiz disfrutaba de una jornada tranquila de sol y calor. El día soñado para cualquier hermandad.

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