Diario Cofrade

La solemnidad como costumbre

  • La cofradía de Santa Cruz abrió ayer por primera vez los desfiles procesionales del Martes Santo haciendo gala de un recogimiento y saber estar que se agradece

SANIDAD abrió los desfiles procesionales en Santa Cruz este año. El histórico templo se convierte estos días en lo más parecido a un museo cofrade que tiene Cádiz, con misterios imponentes, como Perdón, Aguas o Medinaceli. Entre todos ellos, reluce con una especial luz el Señor del Mayor Dolor y la Virgen de la Salud. Tras algunos años en los que la supervivencia de la cofradía corrió peligro, es una satisfacción ver cómo se ha consolidado y ha ganado en solemnidad y recogimiento, convirtiendo que tanto su bajada por el Pópulo como su recogida sean de esos momentos especiales para los cofrades gaditanos.

En Santa Cruz, como siempre, algunas personas muy vinculadas históricamente a la hermandad, como Quico Zamora, que ya no procesiona pero que con ojos emocionados veía como sus nietos no faltaban a la cita.

También la saga Díaz, con nuestro compañero Fernando, ayudante de la fiscal, realizando una importante labor y destacando como la cifra de hermanos penitentes se ha asentado. "Estaremos en torno a los 150 más o menos, con muchos niños también, algo que es bueno de cara al futuro".

Entre las muchas caras emocionadas en los momentos previos a la salida de los pasos, destacaba la del capataz del misterio, Gerardo Navarro, que apenas hace un par de semanas ha perdido a su madre y que hace un año también tuvo que hacerle frente al fallecimiento de su padre. Navarro, como siempre, dirigió de manera profesional y certera la maniobra de salida de un paso donde resaltaba el estreno del paño de la Verónica con la Santa Faz, que ha vuelto a ser pintado por el artista Antonio Álvarez del Pino.

Tras los sones iniciales de la capilla musical Lignum Crucis de San Fernando, todavía en el templo la banda de música Gailín de Puerto Serrano interpretó la marcha Mayor Dolor de María mientras el misterio se aproximaba a la puerta.

Tras la salida del Señor, las secciones de la Virgen de la Salud fueron formándose en el interior del templo y el capataz Andrés Cano fue el encargado de dirigir las operaciones para que el bellísimo palio se encaminara hacia la plaza Fray Félix. La estampa de esta hermandad bajando por la cuesta de Jesús de Medinaceli desde el Callejón de los Piratas tiene un sabor añejo. Tras salir, y a los sones de la marcha Sanidad, interpretada nuevamente por la banda de Puerto Serrano, el palio enfiló hacia las callejuelas del Pópulo, por donde regresó, ya a oscuras, cerca de la medianoche, ofreciendo una imagen solemne que da más valor a la Semana Santa gaditana.

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