Diario Cofrade

Esplendorosa tarde de Los Dolores

  • Los cofrades de San Sebastián procesionaron en el 20 aniversario de su reorganización

Paso de misterio de la Hermandad de Los Dolores, durante la salida procesional de ayer.

Paso de misterio de la Hermandad de Los Dolores, durante la salida procesional de ayer. / C.P.

Alrededor de 120 hermanos de la Hermandad de Penitencia de María Santísima de los Dolores y del Santísimo Cristo de la Misericordia en su Traslado al Sepulcro, salieron ayer en procesión desde la Iglesia Prioral de San Sebastián. A las seis de la tarde, la puerta de la Epístola de la Iglesia Mayor se abría por primera vez en esta Semana de Pasión y ya se podía apreciar el primero de los estrenos de la Hermandad de Los Dolores: la cruz de guía, un regalo de la familia García Fontaiña, realizada por el artista local, Diego Pecci.

Tras la cruz, un año más, llamaba la atención el gran número de pequeños monaguillos que participaban en el cortejo que precedía al único paso de la Hermandad, con un espectacular conjunto escultórico en el que volvía a destacar la imagen de la Virgen de Los Dolores, atribuida al escultor carmonense Antonio Eslava Rubio, que ayer estrenaba saya y fajín, donado por un hermano, y colocada de forma magistral por su vestidor, Jaime Zaragoza. Junto a ella, el Cristo de la Misericordia en su Traslado al Sepulcro, los Santos Varones y María Magdalena, todas obras del escultor gaditano Luis González Rey.

Cuando la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Despojado, de San Fernando, interpretaba el himno nacional, Rafael García Fontaiña, capataz del paso, dirigía a la cuadrilla de hermanos costaleros para la siempre complicada maniobra de salida, en la que han de salvar al milímetro las ajustadas dimensiones de la puerta, del Siglo XVI. Para ello estuvo auxiliado por Manuel Rodríguez y David Bernal.

Los aplausos de la salida daban paso al recogimiento con el que esta cofradía desfilaba por el atrio de la Prioral, con los sones de la marcha fúnebre Requiem, que interpretaba la banda.

La de ayer era una salida procesional muy especial para los cofrades. Se cumplían veinte años desde que en 1998 la Hermandad fuese reorganizada, tras 64 años sin salir a la calle. Una reorganización que se fraguó en la capilla de las Hermanas Filipenses, a la que cada Lunes Santo, también ayer, visitan durante el recorrido que este año modificaron, alargándolo un poco más, para desfilar por su nueva Casa de Hermandad, en calle La Palma.

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