Diario Cofrade

Amor y devoción en el Río San Pedro

  • La Asociación Parroquial del Cristo del Amor completó ayer su Vía Crucis por las calles del Río

La Asociación Parroquial Cristo del Amor enfilando la calle Fermín Salvochea, en el Río San Pedro.

La Asociación Parroquial Cristo del Amor enfilando la calle Fermín Salvochea, en el Río San Pedro. / C.P.

Las puertas de San Pedro Apóstol, en la puertorrealeña barriada del Río San Pedro, se abrieron ayer un poco antes de lo habitual en un Sábado de Pasión. Salía a la calle la Asociación Parroquial del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Esperanza por las calles del populoso barrio. Se abría de este modo la Semana Santa de la Villa, después de que en la tarde del Viernes de Dolores la lluvia impidiese salir a la Hermandad del Ecce-Homo.

Ayer el tiempo sí respetó al cortejo. Aunque el viento hizo la noche un tanto desapacible, los hermanos pudieron completar su recorrido y realizar su estación de penitencia rezando las estaciones del Vía Crucis que se intercalaron con las marchas procesionales de la banda de cornetas y tambores Pasión y Esperanza, de Utrera, que por primera vez acompañó a la asociación.

La primera de las estaciones se rezó justo después de que el Cristo del Amor, una impresionante talla de Fernando Aguado, atravesase el dintel de la puerta principal del templo para lo que volvía a ser necesario una precisa maniobra de los costaleros dirigidos por José Moreno.

A partir de ese momento, con su habitual paso de horquilla, el Cristo del Amor se adentraba en su barrio acompañado en todo momento de los vecinos que ayer se echaron a la calle para vivir el momento con devoción.

Una año más se produjeron estampas muy llamativas como el paso de la imagen por el paseo marítimo de la barriada o la recogida en San Pedro, donde aguardaba la Virgen de la Esperanza, con la ilusión cofrade de procesionar junto al Amor en un futuro no muy lejano.

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