Los automóviles volverán a circular en unos quince días por los alrededores de la Casa Consistorial, una zona que había quedado bloqueada por las vallas de protección de las obras que se estaban desarrollando en el edificio. La Gerencia Municipal de Urbanismo, no obstante, decidirá ahora si retira el vallado. O, por el contrario, simplemente lo desplaza para acercarlo al Ayuntamiento.

La medida, anunciada ayer por la delegada general de Urbanismo, María del Carmen Pedemonte, no afecta a todo el perímetro, pues sólo comprende los tramos hasta ahora cerrados de las calles Isaac Peral y Hermanos Laulhé y de la fachada principal que da a la plaza del Rey. En este punto, la Gerencia podría optar por llevar la barrera protectora hasta el primer escalón del atrio. En los laterales también se haría un retranqueo. Si bien, Urbanismo no descarta retirarla y dejar sólo la protección trasera en la calle Calderón de la Barca. Con todo, los coches volverán a circular a lo largo de todo Isaac Peral hasta desembocar en la calle Real. Desde que se valló el Ayuntamiento, los vehículos debían girar hacia la derecha para bajar hasta la artería principal de la ciudad por Saturnino Montojo. El tráfico también se reabrirá en el tramo de Hermanos Laulhé.

Los responsables municipales tomaron esta medida tras analizar unos informes técnicos y de tráfico sobre la posibilidad de reabrir la circulación en estas calles una vez que las obras de consolidación desarrolladas en el edificio habían concluido. Estos reflejan finalmente la viabilidad de esta actuación. La reapertura, sin embargo, se plantea como una disposición provisional a la espera de que comiencen los trabajos de rehabilitación de la Casa Consistorial, que aún no tienen fecha concreta. En ese caso, los responsables de las obras determinarían la nueva colocación de las vallas: su instalación -si la Gerencia opta por quitarla ahora-, mantenerla donde se ponga ahora o su desplazamiento.