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San Fernando

La nueva ordenanza evidencia el difícil encaje de la bici en la calle Real

  • Los ciclistas no podrán usar la plataforma tranviaria. Compartirán espacio con los peatones, tendrán que circular a menos de 10 kilómetros por hora y dejar un metro de distancia de la fachada

Un ciclista, en una imagen de ayer, circula por la plataforma tranviaria de la calle Real, lo que queda prohibido en la nueva normativa.

Un ciclista, en una imagen de ayer, circula por la plataforma tranviaria de la calle Real, lo que queda prohibido en la nueva normativa. / román ríos

La bici tiene un difícil encaje en la calle Real. Al menos, en sus tramos más céntricos. El proyecto de ordenanza reguladora que impulsa el Ayuntamiento para reglar el uso de esta arteria ante la próxima puesta en marcha del tren-tranvía pone en evidencia esta realidad a pesar de que el proyecto de la Junta incluyera la adecuación de una vía ciclista a lo largo de todo su trazado hasta Chiclana.

La nueva normativa municipal -que desde ayer está en exposición pública- relega definitivamente la bicicleta al espacio de la calle que queda reservado a los peatones. No hay otra opción entre Santo Entierro y Montañeses de La Isla al quedar restringida en exclusiva la plataforma tranviaria que ocupa el centro de la calzada para la circulación del tranvía.

Aunque el proyecto del tranvía incluye una vía ciclista, la calle Real carece de espacio

Es lo que la ordenanza, que todavía no es definitiva, denomina tránsito compartido, si bien los peatones tendrán siempre preferencia sobre los ciclistas, que además deberán circular en todo momento por debajo de los 10 kilómetros por hora y mantener una distancia de un metro con respecto a la fachada.

La norma indica también la necesidad de dejar otro metro de distancia con respecto a los peatones "cuando pasen junto a ellos". Esto prácticamente resulta imposible de cumplir si se tiene en cuenta el espacio del que se dispone al no ocupar la plataforma tranviaria y que éste se comparte además con las terrazas de los establecimientos hosteleros.

Los ciclistas que hagan uso de la calle Real una vez que el tranvía se ponga en marcha tendrán además que abstenerse de circular por esta céntrica vía y bajarse de la bicicleta "cuando el número de peatones que se encuentre en su trayectoria de circulación le impida el paso y se aconseje dicha medida, a efectos de salvaguardar la seguridad de estos por posibles atropellos".

Del mismo modo, el Ayuntamento especifica en la ordenanza que podrá establecer la prohibición de circulación de las bicicletas en determinadas fechas y horarios atendiendo a circunstancias especiales de aglomeración de público, celebración de espectáculos, pruebas deportivas o cualesquiera otras debidamente justificiadas.

La ordenanza prohíbe también el estacionamiento de bicicletas si éstas quedan amarradas a árboles o a elementos del mobiliario urbano, entorpecen el tránsito de vehículos o peatones o dañan el mobiliario urbano. Sí se permite su aparcamiento en "las infraestructuras específicamente diseñadas para ello", de las que actualmente carece la calle Real a pesar de la mención expresa que se hace en el texto.

Las bicicletas podrán ser retiradas por la Policía Local y trasladadas al correspondiente depósito de las dependencias de la Jefatura si inclumplen esta normativa y, especialmente, si dificultan la circulación de vehículos o personas o causan daños al mobiliario urbano.

Es cierto que el texto de la ordenanza reguladora de la calle Real se ha suavizado en su última revisión y en su capítulo V -que es el que reserva a la circulación de las bicicletas- ha eliminado la alusión expresa que se hacía a la prohibición de circular por la plataforma tranviaria, que ahora no aparece. Esta omisión, no obstante, no implica necesariamente que los ciclistas puedan hacer uso de esta parte de la calzada puesto que la normativa especifica claramente desde su primer párrafo que "la plataforma tranviaria queda destinada a la circulación del tren-tranvía con total prioridad" . El texto, además, es explícito al aclarar que el lugar por el que tienen que circular las bicicletas es el espacio reservado a los peatones.

Este criterio, sin embargo, contradice lo que ha sido norma habitual durante los últimos años, en los que los ciclistas han hecho uso con total libertad de la plataforma tranviaria. De hecho, se hablaba -y se presumía- que las bicicletas compartirían este espacio con el tranvía y los vehículos autorizados. Aunque finalmente se ha optado por desplazarlas a la zona peatonal.

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