Dos años en marcha acaban de cumplir las obras de rehabilitación que desde abril de 2016 -y después de una década de espera- se llevan a cabo en el Ayuntamiento isleño. Tras 24 meses de intervención todavía queda bastante trabajo por delante en esta obra monumental aunque algunos resultados, al menos desde el exterior, han empezado a verse a medida que se han ido retirando andamios en las fachadas laterales del histórico edificio. La que da a la calle Isaac Peral ha quedado despejada hace apenas unos días para mostrar un primer avance de cómo será la imagen del nuevo Ayuntamiento isleño, combinando el tono rojizo en las paredes situadas entre las pilastras -llamado tierra coralina, que es el que se encontró al analizar los colores originales del inmueble- con el tratamiento y consolidación de la piedra. Se trata de un juego bicromático propio de la época de construcción del edificio que se ha querido emular ahora siguiendo la filosofía de la intervención propuesta por Francisco Márquez y que ya se contemplaba en la redacción del proyecto que se completó en 2009.

El resultado no ha pasado desapercibido para los ciudadanos que a diario transitan por el centro de la ciudad. Y en cierto modo apunta ya también a la recta final de la gran obra del mandato, cuyo coste, tras el modificado del proyecto que se acordó en 2017, se cifra en 8,4 millones de euros, la inversión municipal más elevada que se ha llevado a cabo en La Isla.

Eso sí, superado ya el ecuador del mes de abril y habida cuenta del estado que todavía presentan los trabajos que se desarrollan en este histórico inmueble, resulta improbable que el último plazo dado para la terminación de las obras -junio de 2018- vaya a cumplirse. A la gran obra, a pesar de que la intervención no ha parado en ningún momento desde abril de 2016, todavía le quedan algunos meses más por delante.