Después de dos meses conviviendo con las familias isleñas, los niños saharauis que tradicionalmente pasan sus vacaciones estivales en la ciudad cierran hoy sus maletas llenas de regalos para repartir entre los familiares y amigos, que esperan su llegada en el país de origen.

El pasado domingo quince familias despedían con un emotivo "hasta luego" al primer grupo de saharauis que abandonaban la ciudad esperando repetir la experiencia el próximo año. El resto de niños, unos 16 jóvenes, ponen hoy fin a dos meses de vacaciones aislados de la pobreza con la que día a día conviven en el campamento. Durante su estancia los niños han tenido la ocasión de pasar un día en las instalaciones de un parque acuático.