San Fernando

El monumento al salinero también desaparecerá de su ubicación actual

  • La recuperación del Sitio Histórico del Puente Zuazo y las obras del tranvía obligarán a trasladar la obra a otro enclave

No sólo la polémica fuente Tusquets de La Ardila desaparecerá de su enclave privilegiado para trasladarse al polígono industrial de Fadricas II o a la barriada Constitución.

Las obras para la implantación del tranvía en la calle Real y la recuperación y peatonalización del Sitio Histórico del Puente Zuazo y fortificaciones anexas -una de las actuaciones estrella del Bicentenario de Las Cortes- supondrán también la desaparición del monumento al salinero que se encuentra ubicado en las proximidades de este entorno histórico vinculado a la Guerra de la Independencia.

El proyecto previsto pasa por la peatonalización y por la construcción de un nuevo puente, un ramal paralelo que absorbería el intenso tráfico rodado que hoy soporta el Sitio Histórico y al que en gran medida se debe su avanzado estado de deterioro.

Y en esta reordenación del tráfico que contempla la construcción de un nuevo puente, entre el Zuazo y el de la variante de la CA-33 -una actuación recogida en el proyecto de tranvía- se prevé también la desaparición del monumento al salinero que allí se levantó en el año 2002.

El portavoz del equipo de gobierno y delegado municipal de Presidencia, Francisco José Romero (PA), aseguró ayer que la estatua, al igual que la fuente Tusquets, no desaparecerá sino que será trasladada a una nueva ubicación, si bien su futuro enclave está aún pendiente de decidirse.

Lo cierto es que la trayectoria de la escultura no ha podido ser más desafortunada. Promovida desde Alcaldía por Antonio Moreno y encargada por el Ayuntamiento en 1995 al escultor local Juan Antonio Bey, la obra fue terminada unos meses después, si bien no fue colocada en su ubicación actual hasta mayo de 2002. Su autor llegó incluso a hacer público su malestar por estas demoras excesivas y se ofreció incluso a ceder la gitantesca obra a otros municipios. El salinero -homenaje a una profesión que se identifica con La Isla- no llegó siquiera a tener una inauguración oficial. Tras años de espera, la enorme estatua fue simplemente colocada en las proximidades del puente Zuazo sin ceremonia alguna.

La escultura -una estatua de más de tres metros de altura tallada en granito- tardó años en contar con una ubicación definitiva. Curiosamente, en un primer momento se pensó en colocarla en la rotonda de La Ardila, donde luego se levantó la fuente Tusquets. Ahora, ambos monumentos -símbolos de una época y siempre rodeados de polémica- serán reubicados para dejar paso al tranvía y a la peatonalización de la calle Real y del Sitio Histórico del Puente Zuazo.

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