feria del carmen y de la sal | inauguración de las fiestas

Los isleños arropan el comienzo de su Feria

  • La proclamación de las salineras y el concierto de apertura se trasladan al recinto ferial con éxito

  • El encendido del alumbrado se produce puntual a la cita

La guitarra suena y la presentadora comienza a glosar la Feria. Sólo serán unas palabras, pero suficientes, para anunciar que comienzan las fiestas del Carmen y que los ciudadanos están invitados a disfrutar por unos días de lo que el recinto ferial, sus casetas, feriantes y participantes les ofrecen. El protagonismo de los primeros instantes, siempre reservado para las salineras, serán compartido en esta ocasión con los más pequeños, que poco a poco con sus familias acuden a la zona de atracciones para subirse en coches, trenes, motos o naves espaciales. Es el día del niño, y no es para menos.

La proclamación de las salineras, que este año también comparte escenario con la propia Feria, al haberse trasladado al recinto de La Magdalena, comienza con el recuerdo a la salinera saliente y las actividades que con su cohorte ha desarrollado a lo largo de un año. La conductora del acto hará mención a un gesto solidario: participar en el calendario recaudatoria en la lucha contra el cáncer de mamá de la asociación isleña. Tras ella subirán, al brazo de sus acompañantes también con el traje típico, las salineras de esta edición: Adriana, Virginia, María, María José, Alba, Toño, Sandra, Tamara y por último María Eugenia, la salinera mayor de este año. De todas ellas se darán detalles de sus estudios, trabajo, aficiones o vinculación con la Feria. La alcaldesa, Patricia Cavada, y la concejala de Fiestas, Mar Suárez, serán las encargadas de entregar los ramos con el que todas ellas serán obsequiadas. Primero la regidora impondrá la banda a la salinera mayor, que se ha colocado en el centro del escenario -instalado en el centro de la calle de entrada a la Feria-. Ella será la encargada a partir de entonces de entregar al resto de compañeras ese distintivo con el que recorrerán en los próximos días el real y sus casetas, por su cuenta o en los actos oficiales. Ayer llevaban el traje de salinera: enaguas, falda, delantal, blusa y pañuelo, describe la presentadora que aclara que no siempre ha sido ese el vestido. Hasta los años setenta era un traje de paño con flores de colores.

En ese emotivo acto para estas chicas no han estado solas. Junto a la Corporación Municipal y otros invitados protocolarios, han estado sus familias; también amigos. Muchos ciudadanos no han querido perderse tampoco ese momento tan tradicional, y han ocupado las sillas del espacio acotado (solo una parte situada tras la tarima de prensa no se llena), también las que se han puesto justo detrás. Otros prefieren ocupar los laterales, sentados en las sillas de las terrazas de las casetas o apoyados en las vallas protectoras. Desde allí escucharán cómo la música suena minutos más tarde, y empieza a cantar la artista invitada, Marina García.

La joven jerezana, que comenzó a mostrar su arte compartiendo en las redes sociales vídeos de ella cantando, derrochó simpatía y animó a los isleños a cantar en varias ocasiones y a seguir el ritmo al compás de las palmas. Sus canciones de fusión del pop con el flamenco dieron paso a una despedida en la que optó por cantar por bulerías. Algunos espectadores ya habían comenzado a retirarse tras marcharse la cantante del escenario al no esperarse este regalo final.

Después, sólo tendrían que aguardar unos minutos para que se produjera el encendido del alumbrado extraordinario. La representación de la Compañía de María que se encargó de pulsar el botón disfrutó de lo lindo.

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