Isabel está en una situación complicada. Se encuentra en la calle, al amparo de la beneficencia y al cargo de dos hijos, mayores de edad, pero jóvenes. Ninguno de ellos trabaja. Los tres han estado viviendo más de un año como okupas en el número 14 de la calle Real. Pero la propietaria ha reclamado su vivienda y el pasado lunes, fue la propia Policía la que se encargó de ordenarle el abandono de la misma, como así tuvieron que hacer instantes después junto con sus pertenencias que, explicaba, quedaban de esta manera literalmente tiradas en la calle.

Por esta razón tuvo que pasar la noche del lunes a la intemperie, según su propia versión. Ya ayer pudieron dejar los enseres en un almacén y así tener libertad de movimiento para buscar refugio. No tienen donde quedarse y sus alternativas son pocas, explica Isabel, una mujer que además tiene la salud mermada y necesita de tratamiento y cuidados especiales. Ella ha tratado de obtener ayuda en la Fundación de Servicios Sociales, a la que ha acudido en varias ocasiones, pero en esta última ocasión, la asistenta social estaba de baja y no han podido atenderla.

Ésta es su versión, aunque dista mucho de la ofrecida por la propia Fundación, en la que se asegura que siempre ha sido atendida y que en la actualidad se está tratando de encontrar una vivienda para ella y sus hijos, "máxime cuando se marcharon de una de la Junta de Andalucía", explica la delegada específica del área, Susana Rocamonde. Desde Servicios Sociales se asegura además que la ayuda puesta a disposición de esta familia -consistente al menos en el pago del primer mes del alquiler- requiere además de su implicación en la solución, tal como hacen otras familias.