Las últimas marchas de la Semana Santa sonaron ayer en el Parque, escenario predilecto de la hermandad de la Sagrada Resurrección que un año más aprovechó la mañana del Domingo de Pascua -en esta ocasión soleada pero azotada por el fuerte viento- para echar el cierre definitivo a estos días de cofradías con la estampa siempre luminosa y alegre que brindan los nazarenos de tunicas y capas de inmaculado blanco al recorrer La Isla. La Isla cofrade arropó a su última hermandad -que se recogió en San José Artesano al filo de las tres de la tarde- a su paso por el interior del parque y el paseo Virgen del Buen Fin para dar también el último adiós a otra Semana Santa que se acaba.

Fueron los mejores momentos de una salida que como acostumbra esta joven hermandad, que ha venido a regalar a La Isla el broche de oro que su Semana Santa merece, inició a primeras horas de la mañana para encaminarse a la Iglesia Mayor y realizar su estación de penitencia poco antes del mediodía. En su camino de ida dejó uno de los momentos más emotivos esta cofradía que rinde culto al que por tradición es el patrón de los cargadores isleños. A la altura del monumento al cargador de la calle Rosario tuvo un hermoso gesto en memoria del joven Antonio Zaldvívar, el socio de los Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC) que falleció repentinamente el pasado Miércoles Santo tiñendo de luto la Semana Santa isleña. Prácticamente todas las hermandades -y todas las cuadrillas- han tenido desde la trágica noticia gestos en su memoria. Pero en esta hermandad, que es precisamente la de los cargadores, el gesto tuvo una significación muy especial. Familiares de Antonio Zaldívar acompañaron a la hermandad en estos momentos. Y fue el Cargador Distinguido, Juan José Busto, también socio de la JCC, el que se encargó de depositar una vela y una flor en el improvisado altar en el que se ha convertido el momento al cargador.

A mediodía la hermandad hizo su entrada en Carrera Oficial antes de subir en busca de su Parque.